NEUMOLOGÍA
Los pulmones, derecho e izquierdo, están colocados en el tórax por encima del diafragma. En el pulmón derecho se distinguen tres partes o lóbulos y en el izquierdo, dos. En el interior de cada pulmón los bronquios se ramifican repetidas veces y, los bronquiolos, van a terminar cada uno en una vejiguita o infundíbulo, cuyas paredes están tapizadas por numerosas celdillas o alvéolos pulmonares. Alrededor de estos alvéolos se distribuye una red finísima de capilares arteriales y venosos procedentes de las arterias pulmonares. La pared del alvéolo es finísima y deja pasar el oxígeno del aire desde su interior a la sangre que circula por los capilares, y, asimismo, el anhídrido carbónico de la sangre pasa al aire alveolar. Alrededor de cada pulmón, envolviéndolo, hay un saco pleural formado por una doble membrana, las pleuras, una de ellas, la visceral, recubre y está íntimamente adherida al pulmón y la otra es la pleura parietal, adherida a la cavidad torácica.
Para que los pulmones se ventilen, es decir, para que el aire entre en su interior, realizamos dos clases de movimientos; inspiración y espiración, que se alternan rítmicamente a la frecuencia de catorce a veinte veces por minuto.
Autores
R. Rodríguez-Roisin, A. Xaubet Mir, A. Agustí García-Navarro, C. Agustí García-Navarro, A. Agustí-Vidal, J. Barberà Mir, J. Blanquer Olivas, M.G. Cosío, A. López-Encuentra, J.M. Montserrat Canal, F. Morell Brotad, C. Picado Vallés, J. Roca Torrent, F. Rodríguez Panadero, J. Ruiz Manzano, V. Sobradillo Peña, A. Torres Martí y H. Verea Hernando