EL AUTOMÓVIL, MEDIO DE EVASIÓN A LA NATURALEZA
Habiendo sido el vehículo a motor un invento en la historia de la humanidad, su popularidad ha supuesto un impacto social y tal vez un cambio radical en todos los órdenes, tanto desde el punto de vista laboral como en el disfrute de las vacaciones y el tiempo libre, ya que una gran mayoría de personas utilizan este medio como transporte y divertimento.
Pero el automóvil, empleado para satisfacción de un traslado de placer a través de su evolución, es también instrumento para viajar cada día más aprisa, proporcionando al hombre un aliciente complementario: el dominio de la velocidad.
Esta satisfacción se ve aumentada más aún, si cabe cuando se emplea el vehículo como elemento competitivo, cuando se adelanta a los otros viajeros y se produce una transformación notable de los comportamientos "normales" de personas sumamente pacíficas y sumisas durante sus relaciones y su tiempo laboral o familiar, surgiendo la faceta de la agresividad.
El uso masivo del automóvil ha facilitado la residencia en viviendas unifamiliares rurales o suburbanas, donde muchas personas huyen de las complejas estructuras de una sociedad masificada. Es reconocido que el hacinamiento, la sobrecarga de trabajo, las relaciones sociales impersonales que impone la vida moderna, hacen desear vivamente la evasión, la huida al campo, y la sensación de tranquilidad, de reposo, que parece aguardar en las zonas agrestes durante las vacaciones o el fin de semana. Ese traslado de unos cuantos kilómetros puede ser moderado o, por el contrario, largo, cansado y peligroso por la cantidad de contingencias que pueden surgir en el camino. Sin embargo, distintas facetas y factores pueden influir en la llegada feliz a nuestra segunda vivienda sin episodios desagradables que pueden alterar ese tiempo de ocio placentero.
