NORMAS ELEMENTALES PARA DESPLAZAMIENTOS EN AUTOMÓVIL
Cuando se viaja durante los fines de semana hacia el campo, el chalé, o se disfrutan las vacaciones es muy probable que alguna parte del trayecto se realice "en caravana", con una circulación de tráfico muy congestionada y poco fluida. En este caso es importante evitar los adelantamientos y respetar las "distancias de seguridad" entre el vehículo inmediatamente anterior y el que se conduce por la persona considerada.
Nunca debe programarse "a priori" la hora de llega al punto de destino, pues los retrasos que pueden producirse provocan ansiedad, irritabilidad y agresividad.
Cuando el viaje es largo se recomienda efectuar descansos de quince a veinte minutos cada dos horas y media o tres horas.
Debe circularse a una velocidad adecuada, lo que significa amoldarse y ajustarse a las características del terreno, del tráfico o del trazado de la carretera, de forma que controlemos perfectamente el automóvil en todo momento.
Por la seguridad de todos, los niños han de viajar en los asientos traseros y controlados por alguna persona mayor y responsable.
Cuando se circule por autopista es recomendable integrarse en el carril adecuado, utilizando el más rápido para los adelantamientos con lo que evitaremos la sobrecarga de tensión emocional producida por el mantenimiento de velocidades inadecuadas a nuestra habilidad o forma de ser. Así se mantienen vivos los reflejos reduciendo la fatiga y el cansancio.
Deben revisarse todos los elementos del automóvil para evitar en lo posible el factor de fallo mecánico.
Se ha polemizado excesivamente sobre el uso del cinturón de seguridad, pero las estadísticas son claras: un porcentaje elevado de muertes o lesiones muy graves producidas en accidentes de circulación, a veces casi el 80 por 100, hubieran podido evitarse con el uso correcto del cinturón de seguridad.
El exceso de carga complica bastante la conducción y favorece la pérdida de rendimiento en la frenada, así como las averías de índole mecánica. Una colocación incorrecta de maletas, bultos y ocupantes suele desequilibrar el "centro de gravedad" teórico del vehículo, incidiendo en la estabilidad del mismo en curvas, pendientes y otras circunstancias.
Los factores meteorológicos: lluvia, hielo, nieve, niebla y viento condicionan las formas de conducción que bajo estas premisas requieren una adaptación adecuada: tranquilidad, control preciso de los reflejos y máxima atención.
Sólo en casos absolutamente imprescindibles debe iniciarse un viaje en estas circunstancias o durante la noche para los no habituados y conocedores de las carreteras y de los agentes climáticos considerados.
En estos últimos tiempos se ha popularizado el uso de vehículos "todo terreno", muy adecuados para las excursiones a la naturaleza. El empleo racional de estas increíbles máquinas precisa un aprendizaje específico de sus conductores. El "todo terreno" ha de tomarse como un precioso auxiliar que nos permita acceder a las más lejanas y difíciles áreas silvestres para practicar una vida en contacto con los elementos de unos ambientes cada día más amenazados por los impactos ecológicos causados por el hombre.
