EXPLORACIÓN FÍSICA
Inspección generalDesde el principio debe obtenerse una idea general del paciente, respecto a su actitud, su modo de expresarse, su constitución –pues son importantes algunas alteraciones que coinciden con cardiopatías (síndrome de Marfan, mongolismo, síndrome de Turner, hipotiroidismo, etc.). También importa el estudio de anomalías de la piel, como el color (anemia, cianosis, pigmentación por hemocromatosis, etc.), eritemas (lupus eritematoso, etc.), inmovilidad, retracción y endurecimiento (esclerodermia) y hemangiomas cutáneos y mucosos (telangiectasia hemorrágica hereditaria, que puede cursar con cianosis central por fístulas arteriovenosas pulmonares), etc.
La inspección general de la cabeza, del cuello y del tronco, además de proporcionar información acerca de posibles anomalías que acompañan a las cardiopatías congénitas, es orientadora en otros sentidos. Así, el examen ocular puede revelar exoftalmos hipertiroideos, un arco senil parcial o total, que en pacientes menores de 50 años se asocia a veces a cardiopatía isquémica, los párpados pueden mostrar xantelasmas, que en individuos jóvenes pueden ser una manifestación de hipercolesterolemia, y el examen de las conjuntivas y de las mucosas revela anemia, poliglobulia o cianosis central; el examen del cuello puede poner de manifiesto un bocio y latidos arteriales y venosos anormales, y el examen del tronco puede informar sobre el tipo de respiración y malformaciones torácicas.
La inspección de las extremidades, en particular de las manos, permite detectar los siguientes signos de importancia: piel caliente en los estados circulatorios hipercinéticos (embarazo, tirotoxicosis, estados emocionales, etc.), que en caso de hipertiroidismo y ansiedad se acompaña de sudación y temblor en las manos; piel fría, pálida y cianótica en el shock; dedos en palillo de tambor (acropaquía) que consisten en un abultamiento de las falanges terminales con una convexidad longitudinal exagerada de las uñas, una pérdida de la angulación normal entre la base de éstas y la piel adyacente y una sensación esponjosa al palpar la raíz de las uñas.
La acropaquía puede ser hereditaria, en cuyo caso no indica anormalidad alguna, pero a menudo es una manifestación de las cardiopatías congénitas con cianosis, de endocarditis bacteriana –es un signo tardío, que desaparece con rapidez al resolverse la enfermedad– y de ciertas enfermedades respiratorias y digestivas. En ocasiones, los dedos en palillo de tambor son unilaterales (aneurisma aórtico, fístulas arteriovenosas, etc.). En la persistencia del conducto arterioso con hipertensión pulmonar (por cortocircuito de derecha a izquierda) se pueden afectar sólo los dedos de los pies o incluso los de la mano izquierda. Las petequias (en cualquier localización), las hemorragias subungueales y los nódulos de Osler, rojizos y dolorosos, localizados en las yemas de los dedos, palmas de las manos o plantas de los pies, pueden ser manifestaciones de una endocarditis infecciosa. El eritema nudoso de los antebrazos y las piernas se debe, entre otras posibilidades, a la fiebre reumática; por último, una xantomatosis o depósitos de cristales de colesterol, palpables en las áreas de extensión o tendones de las manos y los codos, coincide a menudo con una cardiopatía isquémica.
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