EL DÍA DE CAMPO Y LA SALUD
Algunas personas, en busca de un fin de semana agradable que les permita gozar de la naturaleza y rehuir de la congestión urbana, olvidan que ella pueda reservarles algunos accidentes y que generalmente los lugares más hermosos se encuentran alejados de centros médicos que puedan prestarles una buena ayuda. No es frecuente que un médico acompañe a los excursionistas, por lo cual se deben conocer una serie de medidas generales de fácil aplicación, pero muy satisfactorias, y que aplicadas en su momento oportuno pueden salvar la vida del accidentado o al menos prever complicaciones posteriores.
Es primordial que cualquier asociación excursionista o deportiva, que habitualmente sale al campo a practicar deporte de cualquier tipo, tenga dispuesto un botiquín de urgencia que cubra las necesidades más inmediatas en caso de accidente. Pero es igualmente importante el que la persona encargada de su mantenimiento goce de una serie de cualidades psíquicas y conocimientos que hagan factible la aplicación de los medios de que dispone.
En primer lugar vamos a ocuparnos de los distintos tipos de medicamentos e instrumental que debe tener un botiquín apto para la eventualidad de cualquier accidente en lugares campestres.
El botiquín será un maletín lo suficientemente amplio para que dé cabida a los medicamentos e instrumental, manejable y de fácil transporte, resistente a los golpes como para que no deteriore su contenido (jeringas, ampollas, material de cristal de fácil fractura). Los más prácticos suelen ser los de cuero duro, con cantoneras del mismo material y refuerzos para evitar su deterioro. Cualquier casa de material quirúrgico tiene amplia gama de ellos en cuanto a tamaño y materia del confeccionado. Debe ser la persona encargada de él, generalmente un socorrista, quien se ocupe de su equipamiento, y no faltará, aparte de los medicamentos e instrumental, "una lista completa de su contenido", la cual será inventariada un vez cada dos o tres meses para renovar los medicamentos en él existentes que tienen caducidad; por ejemplo, antibióticos, pomadas oftálmicas, cortisonas, etc. (téngase en cuenta que aunque hay medicamentos en los cuales no consta la sanitaria ineludible renovarlos como mínimo al cabo de cinco años).
Es imprescindible asimismo que se provea al botiquín de un "Manual de Primeros Auxilios", el cual nos puede ser facilitado por la Cruz Roja o cualquier entidad médico-sanitaria.
Si cualquier socio ha realizado los cursos de socorrismo, necesariamente los tiene, y es útil hacer uso de sus indicaciones, pues nos recuerdan las prácticas más usuales de reanimación y técnicas a realizar ante diversidad de accidentes.