MORDEDURAS
Las mordeduras de animales son frecuentes. En la ciudad, se deben esencialmente a los perros, los gatos y en raras ocasiones, a las ratas. En el campo, los caballos, el ganado vacuno y los animales salvajes también pueden morder al ser humano.
Un caso particular es el de las aves, que pican más que muerden, pero atacan sobre todo los ojos, atraídas por su luminosidad.
Los niños, naturalmente atraídos por los animales, no toman precauciones al acercarse a un perro, aunque sea desconocido, por lo que están más expuestos a las mordeduras.