SIALODENITIS
Sialoadenitis
La sialoadenitis corresponde a una inflamación de las glándulas salivales determinada por múltiples etiologías. En la etiopatogenia de la sialoadenitis deben tenerse en cuenta tres factores: a) factores generales del individuo, incluidos sus mecanismos de defensa, ya que de forma casi exclusiva la sialoadenitis infecciosa bacteriana afecta a pacientes con enfermedades crónicas o graves, como diabetes mellitus, o enfermedades caquectizantes, o postoperados; b) factores locales que determinan alteraciones en la formación y secreción de la saliva, y c) factores inmunológicos, ya que las glándulas salivales, como integrantes del sistema glandular exocrino, participan de muchas alteraciones inmunológicas, cuya expresión como órgano diana o iniciador de los trastornos inmunológicos aún debe dilucidarse.
Sialoadenitis infecciosa
Sialoadenitis bacteriana
La infección bacteriana de las glándulas salivales tiene un origen canalicular ascendente por gérmenes procedentes de la boca y se localiza casi exclusivamente en la parótida. De forma excepcional puede deberse a una metástasis séptica hematógena o por vía linfática. En pacientes con neoplasias extensas de la boca son infrecuentes los episodios de parotiditis supuradas, mientras que éstos suelen presentarse en pacientes en coma o con enfermedades intestinales que se acompañan de una disminución del flujo salival. Por consiguiente, es probable que el factor predisponente más importante sea una alteración en la función y/o secreción salivales para evitar la colonización ascendente de los gérmenes desde la boca a la parótida. El diagnóstico de la parotiditis supurada se establece fácilmente por la clínica. Su tratamiento consiste en antibioticoterapia más ayuda quirúrgica en el caso de formación de abscesos. Otras formas de afectación bacteriana, como TBC, sífilis o gonococia, son excepcionales.
Parotiditis crónica recurrente
Se caracteriza por una tumefacción parotídea recurrente, unilateral o bilateral, cuya clínica puede persistir días o semanas con intervalos de meses o años. Durante estos intervalos, la glándula no es palpable o está apenas indurada. En las fases iniciales, la anatomía patológica se caracteriza por lesiones ductales con dilatación de la luz y edema periductal. En estadios más avanzados existe una reacción inflamatoria periductal hasta que finalmente se produce la desaparición de la estructura lobular. Estos episodios corresponden a la parotiditis bacteriana recurrente. El tratamiento en los primeros episodios consiste en antibioticoterapia, y en los casos sin resolución se practica parotidectomía. Existe una forma de presentación en niños que se caracteriza por un pronóstico favorable y la desaparición espontánea en la pubertad.
Sialoadenitis vírica
Varios virus pueden afectar las glándulas salivales. La entidad clínica más frecuente es la infección por el virus de la parotiditis, que afecta fundamentalmente a niños en edad escolar. Sin embargo, tras la introducción de la vacunación, su incidencia ha disminuido. Los virus pueden afectar el tejido salival por varios mecanismos:
1. Absorción vírica primaria a través de la saliva, si bien en condiciones normales el sistema inmunitario de las glándulas salivales, y en particular la secreción de IgA, protege frente a la invasión vírica.
2. Secreción de virus a la saliva. Existen determinados virus con sialotropismo demostrado, como el de la parotiditis y el citomegalovirus. Otros virus en los que se ha comprobado secreción salivar son Coxsackie, ECHO y los virus de Epstein-Barr, de la rubéola, de la influenza y de la hepatitis B.
3. Sialoadenitis vírica. En el curso de una viremia, determinados virus sialotropos, fundamentalmente el de la parotiditis y el citomegalovirus, inducen una reacción inflamatoria glandular. Los otros virus descritos anteriormente como sialotropos pueden, en ocasiones, producir sialoadenitis clínica.
Se cree que existe un fenómeno de latencia vírica en las glándulas salivales para el citomegalovirus y el virus de Epstein-Barr. Algunos virus oncogénicos pueden determinar una asociación o una inducción en ciertos tumores glandulares. El virus de la inmunodeficiencia humana adquirida (HIV-1) se ha asociado a la presencia de infiltrado inflamatorio linfocítico de las glándulas salivales y una histología idéntica a la observada en el síndrome de Sjögren.
Sialoadenitis autoinmunes
Sialoadenitis alérgica
Algunos episodios de sialoadenitis se han relacionado con la acción de complejos antígeno-anticuerpos. Se han involucrado como alergenos a productos alimentarios y fármacos, como fenilbutazona, nitrofurantoína y clorhexidina.
Síndrome de Sjögren
El síndrome de Sjögren es una enfermedad inflamatoria crónica de patogenia autoinmune que afecta todo el sistema glandular exocrino. Se define por la asociación de queratoconjuntivitis seca y xerostomía (síndrome de Sjögren primario). Cuando existe otra enfermedad autoinmune asociada se lo denomina síndrome de Sjögren secundario. La infiltración linfocitaria y la atrofia acinar de las glándulas salivales, tanto mayores como menores, provoca una clínica de xerostomía.
Síndrome de Heerfordt
El síndrome de Heerfordt, o fiebre uveoparotídea, es una forma clínica de sarcoidosis en la que se asocian manifestaciones oculares (iritis, iridociclitis o uveítis), tumefacción de las glándulas lagrimales y tumefacción parotídea bilateral. En ocasiones puede presentarse parálisis facial periférica.
Síndrome de Mikulicz
La denominación síndrome de Mikulicz debería desaparecer de la terminología médica, dado que ha motivado múltiples confusiones. De hecho, el paciente descrito por Mikulicz correspondía en realidad a un paciente con síndrome de Sjögren. Si se conoce bien este hecho, podría reservarse el término a la infiltración de las glándulas salivales mayores en el curso de enfermedades generalizadas, como linfomas, leucemias o TBC.
Otras formas de sialoadenitis
Sialoadenitis por irradiación
El grado de afectación glandular depende de la extensión y de la dosis de irradiación, siendo la glándula parotídea mucho más sensible que la submaxilar. A partir de una dosis de 40-50 Gy se pueden producir lesiones irreversibles, con atrofia de la glándula y xerostomía.
Sialoadenitis electrolítica
Esta entidad clínica afecta la glándula submaxilar en el 90% de los casos y la parótida en el 10%. Existe una alteración inicial en el contenido electrolítico de la saliva, que determina un incremento de su viscosidad y una retención mucosa en los conductos terminales. La sialolitiasis correspondería a un estado final de esta disquilia. En la mayoría de los casos estos trastornos no determinan clínica alguna, y se diagnostican cuando se presenta una litiasis.
Sialoadenitis crónica esclerosante de la glándula submandibular
(tumor de Küttner)
Esta entidad, descrita por Küttner en 1896 y caracterizada por dolor y tumefacción de las glándulas submaxilares, debe distinguirse desde el punto de vista histológico de un verdadero tumor. Si bien su patogenia inicial podría estar relacionada con una obstrucción debida a una sialoadenitis electrolítica, existen datos sugestivos de un origen autoinmune.