NEOPLASIAS
Linfomas
El 25% de los enfermos con linfoma de Hodgkin desarrollan prurito intenso, que puede preceder a los restantes síntomas en varios años y ser un signo de mal pronóstico. Predomina en la mitad inferior del cuerpo, en fases avanzadas, en ancianos y en pacientes con xerosis. En el linfoma cutáneo de células T el prurito es más frecuente en las fases iniciales y en las lesiones precursoras tipo parapsoriasis en placas. Es casi constante en las formas eritrodérmicas, incluyendo el síndrome de Sézary, en el que puede preceder a las recaídas. En otros tipos de linfomas T y B aparece en menos del 5% de los casos.
Síndromes mieloproliferativos
Entre el 10 y el 60% de los enfermos con policitemia vera sufren crisis de prurito y parestesias desencadenadas por cambios de la temperatura cutánea, por lo que son frecuentes tras el contacto con agua. Se relacionan con liberación de histamina o serotonina y responden a los antihistamínicos; también se ha empleado la colestiramina. En las leucemias el prurito es raro y predomina en leucemias linfoides de larga evolución. Otras causas inhabituales de prurito son mieloma, macroglobulinemia de Waldenström y gammapatía monoclonal de significado incierto.
Carcinomas
En raros casos el prurito está claramente relacionado con neoplasias viscerales. El prurito nasal intenso y persistente puede ser un síntoma de tumores cerebrales, el prurito anal, de cáncer colorrectal, y el genital, de cáncer genital.