APNEA CENTRAL
Apnea central y respiración de Cheyne-Stokes
La apnea central ocurre cuando falla el estímulo procedente de los centros respiratorios, por lo que el cese del flujo aéreo nasobucal de 10 seg o más de duración se acompaña del cese de la actividad de los músculos respiratorios. Las consecuencias clínicas, con excepción de los ronquidos, son las mismas que las de las apneas obstructivas. En la práctica clínica son muy poco frecuentes. En circunstancias normales, el ser humano presenta un pequeño número de apneas centrales durante la fase REM del sueño como consecuencia de la respiración irregular en esta fase. Un número elevado de apneas centrales durante el sueño, en fase tanto REM como no REM, puede asociarse a la presencia de enfermedades neurológicas diversas, enfermedades neuromusculares, alcalosis metabólica y obstrucciones nasales, si bien en ocasiones no se conoce la causa etiológica precisa. El diagnóstico, al igual que para las apneas obstructivas, debe realizarse mediante la práctica de una polisomnografía. El tratamiento no está tan bien establecido como en las apneas obstructivas. Raras veces responden a fármacos (progesterona o acetozolamida). La oxigenoterapia o incluso la CPAP pueden ser eficaces en algunos casos, como se ha señalado al hacer referencia a la fisiopatología. Cuando todas las anteriores opciones son ineficaces, la ventilación nocturna nasal no invasiva es el tratamiento de elección.
La respiración de Cheyne-Stokes es una forma especial de apnea central que típicamente presenta un patrón ventilatorio definido como in crescendo-decrescendo. Su etiología está relacionada con la inestabilidad y especial sensibilidad de los centros respiratorios para el CO2 arterial. Este tipo de respiración se produce en pacientes con insuficiencia cardíaca y, durante el sueño, en las grandes alturas. Su tratamiento, basado en teofilina u oxigenoterapia o incluso CPAP, mejora de forma notable la función cardíaca.