ANATOMÍA PATOLÓGICA
Las bullas son áreas localizadas de enfisema que contienen alveolos hiperinsuflados y tabiques desestructurados en su interior. Las bullas pueden ser únicas o múltiples, presentarse en pulmones normales o formar parte de un enfisema generalizado. Se distinguen tres tipos anatómicos (ver imagen lateral).
Las bullas de tipo I son subpleurales y ocurren en ausencia de enfisema. Comunican con el pulmón por un cuello estrecho, tienen paredes finas y se localizan preferentemente en los vértices pulmonares. En su desarrollo interviene un mecanismo valvular que provoca el atrapamiento progresivo de aire, pudiendo adquirir gran tamaño y comprimir las estructuras vecinas. Las bullas de tipo II tienen un cuello ancho y contienen tejido pulmonar con enfisema panacinar. Son más frecuentes en la superficie anterior del lóbulo medio. Las bullas de tipo III tienen una base muy ancha, contienen enfisema panacinar expandido y pueden localizarse en cualquier zona del pulmón. La distinción entre los tres tipos de bullas tiene importancia clínica, ya que las de tipo I aparecen en pulmones normales, en los que pueden ocasionar alteraciones por desplazamiento de estructuras y compresión del parénquima. Por el contrario, las bullas de los tipos II y III aparecen en presencia de enfisema panacinar, por lo que las alteraciones fisiopatológicas serán las asociadas a esta enfermedad.