PELIGROSIDAD DE ABEJAS, AVISPAS Y ABEJORROS: UNA CUESTIÓN DE DOSIS
La gravedad del cuadro de un herido atacado por las picaduras de estos insectos irá en función de dos factores principales, suponiendo, en principio, que no exista una predisposición alérgica contra el veneno inoculado.
La dosis recibida en función del peso del paciente, o lo que es lo mismo, el número de picaduras sufridas. Una picadura eventual no deja de ser molesta e incluso potencialmente grave, según las circunstancias, pero el ataque de un "enjambre" puede ser mortal, de acuerdo con la cantidad de veneno recibida por el lesionado.
En estos casos el tratamiento inmediato de la víctima es fundamental para salvar su vida. Siempre hemos de llevar en el botiquín del automóvil, en el de la segunda residencia o en el minibotiquín de acampada durante las estaciones cálidas en que proliferan este tipo de insectos, un preparado antialérgico adecuado para el caso.
La toxicidad de una sustancia en general, es una cuestión de dosis. Este principio clínico, no exento de matices ciertamente contradictorios a simple vista, puede aplicarse a una mayoría de los casos que nos ocupan.