NATURALEZA DE LOS VENENOS
En las medusas, Celentéreos marinos, o más modernamente clasificados como Eumetazoos, Radiados, Cnidarios, la sustancia tóxica está contenida, en gran parte, en diminutas cápsulas quitinosas (cnidocistos) incluidas en las células llamadas cnidoblastos. La composición exacta del veneno sigue siendo una incógnita, aunque hasta la fecha se reconocen tres toxinas diferentes denominadas por los efectos que causan en animales: hipnotoxina, productora de aletargamiento y con propiedades anestésicas; talaxina, con propiedades irritativas que llegan a producir la muerte en dosis elevadas, y congestina, que actúa sobre el aparato respiratorio y provoca vómitos, fiebre e incluso colapso cardíaco.
Algunos erizos de mar, Equinodermos, son capaces de sintetizar venenos irritativos que actúan sobre las heridas causadas por las púas quitinosas.
Ciertos conos (Conidae) de aguas tropicales presentan un aguijón asociado a la rádula (especie de "lengua aserrada"), de funciones defensivas, pero dotado con una toxina parecida al curare que puede provocar la muerte entre las personas que sean "arponeadas" por tan diminuto molusco (inadvertidos recolectores de conchas).
El grupo de los peces escorpión, peces araña o peces de roca (familia Escorpénidos), con espinas dorsales y laterales que inoculan sustancias muy complejas con acción diferente en las personas afectadas, han de servir de objeto de estudio a los especialistas hasta lograr dilucidar el modo de acción de los tóxicos y su estructura química precisa.
Los peces cartilaginosos con representantes tan temidos como los tiburones tienen en el orden Rayiformes especies dotadas con acúleos (aguijones) venenosos situados en posición caudal (en la cola). La pastinaca Dasyatis pastinaca es un ejemplo de estos peces planos, llamados vulgarmente rayas, cuyo veneno es capaz de causar problemas muy graves a los pacientes heridos.