MEDIDAS PREVENTIVAS DE CARACTER GENERAL CONTRA EL TIFUS
La competencia de las autoridades sanitarias de cada país o jurisdicción suele encaminarse al tratamiento, previa detección, de las personas portadoras no sensibles a la enfermedad que pueden, sin saberlo, provocar un brote epidémico. Aquellos amantes de los viajes y la vida al aire libre han de tomar una serie de precauciones elementales al desplazarse a países distintos del que constituye su residencia habitual o simplemente al realizar excursiones, acampadas y campismo.
1. Por ser el agua vehículo primario de la Salmonella tiphi, hemos de alejarnos de riachuelos sucios y zonas pantanosas, así como de otros cauces que puedan recibir vertidos de poblaciones rurales.
2. La leche "fresca", tan apreciada por muchos ciudadanos obsesionados por lo "natural", es uno de los principales alimentos capaces de ser "fuente de contagio". Resulta obligado hervirla suficientemente o consumir leche tratada por procesos industriales UHT o pasterizados.
3. La adquisición de mariscos y, sobre todo, de ostras ha de realizarse en centros que presenten una garantía sanitaria respecto a su procedencia y distribución.
4. Nuestra vivienda "secundaria", el "chalé" en el campo, ha de reunir unas mínimas condiciones higiénicas, en especial en lo que respecta al agua potable y red de alcantarillado (fosas sépticas).
5. En el caso de campamentos donde las evacuaciones se realizan en letrinas, es preciso alejarlas suficientemente de las áreas de convivencia y emplear diariamente en ellas el correspondiente "tratamiento con cal viva".
6. Toda persona que viaje frecuentemente por lugares extraños, alejados de los centros de población considerados "civilizados", debe estudiar la posibilidad de recibir una vacunación siempre que no existan contraindicaciones para ello. La vacuna "inyectable" proporciona inmunidad durante dos o tres años, y hoy se utiliza también otro tipo de vacuna "oral" cuyos resultados no parecen tan satisfactorios.