FORMA DE CONTAGIO
Las lombrices humanas Enterobius vermicularis son muy contagiosas y se transmiten con facilidad de hombre a hombre. La persona parasitada dispersa decenas de miles de huevos sobre su ropa interior, ropas de cama, objetos personales y el suelo. El viento y las moscas constituyen excelentes vehículos de difusión, por lo cual pueden quedar "infectados" los vegetales y hortalizas de plantaciones próximas y sobre todo de aquellas regadas con aguas fecales o abonadas con excrementos sin "curar".
El sujeto sano puede resultar afectado al ingerir alimentos contaminados o absorbiendo huevos arrastrados por el aire y el polvo. En cualquier caso, el mayor índice de contagio se registra por traspaso directo de los huevos que quedan depositados en objetos de uso personal, que son llevados a la boca inadvertidamente, o en el caso de los niños, al "chuparse los dedos" después de haberse rascado y portar, entre los dedos y las uñas. estas "semillas de oxiúridos". La autoinfección resulta, pues, muy fácil debido al "picor nocturno" de las regiones anales y al efecto, muchas veces inconsciente de "rascado", que facilita la inclusión de los huevecillos entre las manos del propio paciente. Por ello, esta parasitosis es típica de niños en edad escolar entre los cuatro y quince años. También en etapas seniles avanzadas donde las personas pueden relajar o abandonar una higiene estricta, suelen manifestarse infecciones por "lombrices". Sea como fuere estos gusanos nematelmintos constituyen sus focos principales en escuelas, pensiones, campamentos veraniegos y en aquellos colectivos donde existe hacinamiento y cierto nivel de promiscuidad. Por otra parte, la oxiuriasis del hombre se transmite fácilmente al ámbito familiar, por lo cual si uno de los niños de la casa tiene lombrices habrá que realizar un tratamiento curativo en el paciente y otro preventivo, generalmente común, al resto de los miembros de la familia que convivan bajo el mismo techo.
Otro gusano próximo de la familia Oxyuridae puede provocar la "oxiuriasis del caballo", cuyos hospedantes principales son los équidos domésticos, caballo, mula, asno e incluso la cabra y también el ser humano. El responsable de esta parasitosis es un gusano tubular conocido como Oxiurus equi, pero su papel en medicina humana ha de ser calificado como meramente anecdótico en la actualidad.