FIEBRE
Signo frecuente en pacientes que, a su regreso de un país tropical, pueden estar afectados por alguna enfermedad contraída en ellos.
La fiebre aguda en uno de estos turistas debe hacerle sospechoso de estar aquejado de paludismo, incluso si el enfermo asegura haberse hospedado solamente en lugares considerados como saneados y "seguros" y no haber descuidado la administración de medicamentos apropiados para la profilaxis de esta enfermedad.
Las variedades del agente productor del paludismo son numerosas. De uno de ellos, Plasmodium falciparum, por ejemplo, se conoce que produce la enfermedad antes del tercer mes de haber penetrado en el paciente. Sin embargo, Plasmodium vivas y Plasmodium malariae, productores de las fiebres "terciarias" y "cuartarias", respectivamente, pueden dar lugar a la reproducción de la enfermedad al cabo de los tres años de sufrir los primeros síntomas o agresiones del parásito y, por lo tanto, de haber regresado de un país tropical.
La amebiasis hepática puede dar lugar a fiebre irregular, con grandes oscilaciones, aparentemente sin ninguna causa productora, de forma que el enfermo puede adelgazar progresivamente e incluso manifestar dolor en la zona hepática.
Los análisis de sangre de un paciente de amebiasis denotan una velocidad de sedimentación muy elevada y un aumento espectacular de eosinófilos y el conjunto de las pruebas recomendadas para después del regreso pueden diagnosticar esta enfermedad.
Una fiebre persistente e indeterminada que se presenta a las dos semanas, más o menos, después de haber regresado de nuestra excursión, puede indicar una helmitiasis, que se confirmará mediante los oportunos análisis clínicos.
La hepatitis "virus B", de la que existen muchas personas portadoras en países tropicales y subtropicales, comprendidas entre los veinte y cuarenta años de edad. puede manifestarse hasta dos meses después del regreso mediante fiebre alta, que no remite durante todo el día, acompañada por vómitos y dolor de vientre. También es posible la aparición de signos de ictericia (color amarillo de la piel y los ojos), aunque en ocasiones no se manifiesten. El análisis de sangre, sobre todo con determinación de transaminasas, puede confirmar el diagnóstico.
Cuando el viajero es un gran degustador de carnes, sin importarle demasiado su origen ni preocuparle las mínimas garantías sanitarias, y al volver de su periplo tiene fiebre alta durante todo el día, con diarreas, dolores musculares generalizados e hinchazón de la cara y el cuello, habrá que investigar una posible triquinosis mediante los oportunos análisis y pruebas diagnósticas precisas.