DROGA Y SOCIEDAD
Un estudio profundo del fenómeno de la drogadicción en las actuales sociedades desarrolladas proporciona el "retrato robot" del adicto y sus variantes habituales, que comienzan por las etapas de adolescencia. En primer lugar la droga es un negocio subterráneo, fuente de riqueza fácil para los traficantes, distribuidores y productores que aprovechan normalmente el inconformismo de jóvenes y adolescentes que no se encuentran satisfechos con las guerras, ni con sus gobiernos, ni con sus padres o sus propias familias y carecen de fe para cambiar las estructuras que consideran, a veces no sin razón, injustas y demasiado cerradas.
La evasión mediante la droga, favorecida por los "mercaderes de la muerte" y subliminal o clandestinamente alentada por propagandas derrotistas que no hacen sino desilusionar y desviar la enorme potencialidad de la juventud, encuentra un caldo de cultivo propicio en las grandes urbes, las aglomeraciones suburbanas, los centros docentes masificados y escuelas de niveles secundarios o preuniversitarios, en los que es frecuente el fracaso escolar. Las perspectivas de integración en una sociedad movida por el consumismo o atenazada por necesidades primarias, el fantasma del paro, el hacinamiento, la falta de vida familiar, etc., son factores que parecen provocar, entre otros, un clima propicio al abandono y la evasión por un camino aparentemente fácil y carente de esfuerzo.
Los tipos clásicos de drogadictos suelen encasillarse en tres categorías:
1.ª Compuesta por drogadictos de la "vieja ola", que comenzaron la adición en los años sesenta o setenta y se convirtieron en "camellos" y "enganchados". Normalmente hijos del ghetto, de hogares desechos, antecedentes delictivos y vida marginal, que pagan sus dosis mediante la venta a los nuevos enfermos. También pueden inducir al consumo a edades infantiles, repartiendo gratuitamente drogas habituantes en colectivos de menores. Su degeneración física y moral suele ser evidente y meridiana. Muchos jóvenes de estratos suburbanos, familias infelices y con problemas de adaptación social pertenecen a este grupo, que linda, y a veces se entremezcla, con el mundo de la delincuencia.
2.ª Drogadictos de transición, generalmente jóvenes de clase media, rebeldes, con personalidades normales, que no encuentran los cauces adecuados para expresar sus inquietudes o luchar por sus intereses. Preocupaciones éticas, sociales o pseudorreligiosas pueden llevarles a comenzar por la marihuana o el "porro", como comienzo de la escalada imparable de la drogadicción.
3.ª Está integrada por los llamados "nuevos drogadictos", jóvenes desilusionados, sin fuerza para intentar siquiera despegarse de su entorno, generalmente infeliz, que pasan rápidamente por todas las etapas de las "sensaciones nuevas", desde la sexualidad a la heroína, a una velocidad comparativamente meteórica. Se hunden muy temprano en el sumidero social de la delincuencia, la prostitución y el narcotráfico como medio de obtener el dinero necesario para sus gastos crecientes y ocasionados, casi siempre, por la adquisición de la dosis que necesitan.
