DONDE SE PRODUCE EL VENENO
Los ofidios con "colmillos" o dientes huecos que pueden "inyectar" el veneno en el momento de la mordedura tienen, por regla general, unas glándulas especiales situadas en la cabeza, cerca de los ojos, que vierten su contenido en conductos comunicados directamente con los canales internos de los dientes ponzoñosos. Esta glándula, que, según numerosos especialistas, es una "digestiva modificada", suele tener gran tamaño, en relación con los dientes, y está accionada por los músculos que actúan en el acto de la mordedura.
En las especies opistoglifas, con colmillos emplazados muy atrás en la boca y consideradas no peligrosas para el hombre, suele atribuirse el tóxico producido a la glándula parótida con funciones seguramente digestivas o favorecedoras de la ingestión de la presa.