MASAJE DEPORTIVO
El masaje tiene dos acciones principales: una relajante, la otra estimulante, pudiendo adaptarse para lograr el efecto global deseado. Por ejemplo, una persona que tiene las manos frías y dolores en las piernas o en los pies al caminar, obviamente tiene una pobre circulación. Esto puede agravarse con la tensión, ya que al contraerse de forma exagerada los músculos, reducen el flujo sanguíneo, lo mismo que se produce con la inmovilidad prolongada, la falta de ejercicio, la obesidad o el nerviosismo. En el primer caso, la finalidad principal del masaje sería relajar los tejidos, produciendo una relajación global con un cierto efecto sedante. En el otro caso, el objetivo del masaje sería estimular simultáneamente los tejidos y la circulación para mejorar su tono y aumentar su metabolismo.
Este no es el caso de los deportistas, evidentemente, pero estos también sufren daños musculares causados por determinados esfuerzos y golpes o contusiones, y según el momento será necesaria la ya mencionada relajación o estimulación de sus músculos.
El efecto curativo del masaje se proporciona al hacer que los tejidos superficiales del cuerpo se relajen o vuelvan a la normalidad, de forma que paren de bombardear continuamente la médula espinal con señales nerviosas anormales. Esto alivia la tensión y el dolor y evita la formación de un "círculo vicioso".