TEORÍAS DEL ENVEJECIMIENTO
El estudio de la razón última de todos estos cambios constituye una ciencia a la que se conoce como biogerontología (estudio del envejecimiento de los seres vivos). Para estudiar el envejecimiento humano se recurre a diferentes sistemas que incluyen modelos animales (biogerontología experimental) y estudios en humanos, bien sean éstos morfológicos, bien funcionales, transversales o longitudinales, observaciones clínicas y/o estudios del envejecimiento celular (citogerontología). Se trata de un tema que ha apasionado a los científicos desde hace más de un siglo. Así, ya Augusto WEISMANN en 1881 ligaba la muerte inevitable de las células a su incapacidad para reduplicarse de forma indefinida. Nombres como el propio WEISMANN o el de Alexis CARREL en el primer tercio de este siglo con su teoría de la inmortalidad celular, aparecen vinculados inevitablemente a cualquier estudio en este terreno. Desde 1961, merced en parte a los estudios de HAYFLICK, no se ha demostrado que ninguna población celular humana o animal sea inmortal, entendiendo como tal la posibilidad de autorreproducirse en cultivos seriados continuos in vivo o in vitro hasta un mínimo de 100 duplicaciones durante un mínimo de 2 años.
El fundamento de la moderna citogerontología, de la que WEISMANN y CARREL fueron precursores, estriba en el principio de que el origen de los cambios en el proceso de envejecer en los organismos multicelulares sólo puede deberse a: a) trastornos en el seno de una célula individual; b) cambios en los componentes de la matriz extracelular, y/o c) modificaciones debidas a la influencia que células con un alto grado de organización jerárquica puedan ejercer sobre otros tejidos u órganos.
En los últimos años se está prestando gran interés a la célula grasa como modelo para el estudio del envejecimiento celular. Basándose en estos estudios, se considera que se trata de un proceso en el que sucesivamente se produce una pérdida en la absorción de triglicéridos y en la actividad lipogénica, lipolítica y oxidativa de la célula. Todo ello guardaría una buena correlación con el progresivo declinar de la síntesis proteica y de su sensibilidad a hormonas, mediadores y otros factores.
En el momento actual existen numerosas teorías que pretenden explicar el porqué del proceso de envejecimiento. Todas ellas tienen una cierta justificación y ninguna es lo suficientemente unitaria para proporcionar por sí misma una explicación suficiente y satisfactoria. Probablemente, para que se lleve a cabo el proceso de envejecer es necesario que se acumulen diversos mecanismos en diferentes ámbitos. En este sentido, todas o gran parte de las teorías que se resumen a continuación pueden tener cierta parte de razón. Existen intentos de agrupar en bloques las diferentes teorías del envejecimiento. Una de las clasificaciones más extendidas es la que las divide en teorías estocásticas y no estocásticas. En el primer caso, los procesos que determinan el envejecimiento ocurrirían de modo aleatorio y se irían acumulando en el transcurso del tiempo como consecuencia de la acumulación de “agresiones” procedentes del medio ambiente hasta alcanzar un nivel incompatible con la vida. En el caso de las teorías no estocásticas, el proceso de envejecer se establecería de acuerdo con unas normas predeterminadas.
En el menú de abajo se exponen los fundamentos de las más comunes de estas teorías.