PITIRIASIS ROSADA
Concepto. Enfermedad de la piel aguda y autolimitada de probable etiología infecciosa, caracterizada por una erupción de morfología y distribución características, que afecta principalmente a adultos jóvenes.
Etiología. Es de causa desconocida. Las características clínicas y epidemiológicas sugieren un agente infeccioso, probablemente vírico, pero no ha podido ser demostrado.
Cuadro clínico. Puede aparecer a cualquier edad, pero la mayor incidencia se observa entre los 15 y 35 años, y durante la primavera y el otoño. Se inicia con una única lesión de 20-50 mm de diámetro (placa heraldo) localizada generalmente en el tronco, que al cabo de 3-12 días se acompaña de una erupción de lesiones semejantes pero de menor tamaño distribuidas por el tronco, el cuello y la raíz de las extremidades. La erupción persiste durante 3-6 semanas y luego desaparece sin dejar residuo alguno. La morfología de las lesiones es muy característica y consiste en maculopápulas redondeadas u ovales, con su eje mayor paralelo a las líneas de la piel, de color rosado y cubiertas con escamas finas y secas. El centro tiende a aclararse, mientras que en la periferia se forma un collarete de escamas. Normalmente no se acompaña de sintomatología subjetiva, y sólo a veces puede existir discreto prurito, fiebre y microadenopatías. Existen formas atípicas en cuanto a la morfología, distribución y evolución de la enfermedad.
Diagnóstico. En los casos típicos no plantea dificultades, ya que la morfología, la distribución y la evolución son muy características. El diagnóstico diferencial debe establecerse con:
secundarismo luético (afecta palmas y plantas), dermatitis seborreica, erupciones por fármacos, psoriasis en gotas, dermatofitosis y pitiriasis versicolor.
Tratamiento. Al ser asintomática y autolimitada, no requiere tratamiento.