OTRAS HIPERTENSIONES ENDOCRINAS
El 30-40% de los pacientes con acromegalia presenta presión arterial elevada. La hormona de crecimiento provoca retención de sodio, el cual produce una inhibición del sistema renina. En ocasiones se asocia a adenomas suprarrenales con concentraciones elevadas de aldosterona. En algunos casos la presión arterial se normaliza al tratar la acromegalia.
El mixedema es otra causa de hipertensión, que puede desaparecer con tratamiento sustitutivo con hormona tiroidea.
En el hipotiroidismo, el filtrado glomerular está disminuido, con el consiguiente aumento de reabsorción tubular de sodio y agua.
El 20-50% de los pacientes con hiperparatiroidismo primario presentan hipertensión. Se ha sugerido que se debe al estímulo de la renina ejercido por la hipercalcemia. La hipertensión de la hipercalcemia aguda cursa con un aumento de las catecolaminas plasmáticas.
Recientemente se ha descrito el hemangioendotelioma como una rara causa de hipertensión. Es un tumor maligno constituido por una proliferación intravascular de células atípicas endoteliales, descrito en cuero cabelludo, pulmón o arterias coronarias, y que segrega grandes cantidades de endotelina.
Mención especial merece la hipertensión causada por los anticonceptivos orales. Es, probablemente, la causa más frecuente de hipertensión secundaria, aunque aparece sólo en el 5% de las mujeres que toman anticonceptivos que contienen estrógenos durante más de 5 años. Esta incidencia aumenta con la duración del tratamiento. Junto con las alteraciones de la coagulación, la elevación de los triglicéridos y otras alteraciones en el metabolismo lipídico, la hipertensión puede ser un importante factor de riesgo, responsable de problemas cardiovasculares y accidentes vasculares cerebrales.
En ocasiones evoluciona hacia la hipertensión maligna y la insuficiencia renal, con síndrome urémico-hemolítico. Esta hipertensión se atribuye a un aumento del sustrato de la renina como consecuencia del efecto de los estrógenos en el hígado.
Con ello, aumenta la actividad de la renina plasmática y la aldosterona. Hay, por tanto, un componente de retención de sodio y aumento de la concentración de angiotensina II. En relación con los anticonceptivos orales deben tenerse en cuenta las siguientes precauciones: a) no prescribirlos durante más de 6 meses; b) la presencia de una débil insuficiencia renal previa aumenta la incidencia de hipertensión; c) la mitad de las mujeres que desarrollan hipertensión tienen antecedentes familiares; d) la prevalencia es superior en mujeres mayores de 35 años; e) la obesidad; f) una historia previa de preeclampsia predispone también a la hipertensión, y g) están totalmente contraindicados en pacientes hipertensas.
Si la hipertensión aparece, debe suprimirse el tratamiento.
Los controles tensionales deben efectuarse cada 1-3 meses. Si a los 6 meses de suspender la medicación la paciente no está normotensa, se aconseja su estudio y tratamiento.
Algunos autores consideran que se trata de una hipertensión esencial puesta de manifiesto por los anticonceptivos.
Los diuréticos, y entre ellos las espironolactonas, constituyen el tratamiento de elección.