BLOQUEADORES DE LOS RECEPTORES BETADRENÉRGICOS
Estos fármacos antagonizan competitivamente el efecto de las catecolaminas sobre los receptores betadrenérgicos. Los mecanismos de acción hipotensora de los bloqueadores beta son múltiples:
1. Sobre el corazón producen una disminución del gasto cardíaco, por reducción de la frecuencia y de la contractilidad miocárdicas, y un descenso del consumo de oxígeno miocárdico. Estos efectos aparecen a las pocas horas, mientras que la presión arterial no desciende inmediatamente. El efecto hipotensor sostenido se obtiene después de 2 o 3 días de descenso progresivo de las resistencias periféricas debido a:
2. Efecto sobre el riñón, inhibiendo la secreción de renina.
3. Efecto en las terminaciones nerviosas posganglionares (receptores beta presinápticos). En la presinapsis hay receptores alfa, inhibidores de la liberación de noradrenalina por parte de las vesículas, y receptores beta, estimulantes de dicha liberación. Así, los bloqueadores beta inhiben la liberación de catecolaminas en el espacio intersináptico.
4. Efecto sobre los receptores beta del SNC (hipotálamo y tronco cerebral), produciendo una disminución de la actividad simpática eferente. Estas dos últimas acciones revisten gran importancia. El descenso tensional se manifiesta de forma similar en posición clinostática y ortostática y reduce mucho el aumento normal de la presión arterial durante el estrés y el ejercicio.
Los bloqueadores beta están contraindicados en los pacientes con insuficiencia cardíaca, bradicardia, enfermedad respiratoria obstructiva y bloqueos auriculoventriculares.
Ante una insuficiencia cardíaca incipiente pueden administrarse si previamente se trata al paciente con digital y diuréticos.
Es peligroso su uso en presencia de concentraciones elevadas de catecolaminas circulantes (supresión brusca de clonidina, feocromocitoma) si antes no se administran bloqueadores alfa. Otros efectos secundarios son hipoglucemia en diabéticos tratados con hipoglucemiantes (enmascaran los síntomas), fenómeno de Raynaud (pueden empeorar la claudicación intermitente), náuseas, alucinaciones, insomnio, etc. Causan un aumento de los triglicéridos y un descenso de las lipoproteínas de densidad elevada, cuyo significado patogénico a largo plazo aún no se ha demostrado.
Los distintos bloqueadores beta se diferencian por sus propiedades farmacológicas. Los cardioselectivos (frente a receptores b1: acebutolol, atenolol, bisoprolol, betaxolol, metoprolol), a diferencia de los no selectivos (propranolol, oxprenolol, celiprolol, timolol, nadolol), desencadenan con menos frecuencia crisis de broncospasmo, hipoglucemia y fenómeno de Raynaud con igual efecto hipotensor. El grado de selectividad se pierde a dosis elevadas. Los que tienen actividad simpaticomimética intrínseca (acebutolol, carteolol, celiprolol, oxprenolol) provocan menos bradicardia y menos fenómeno de Raynaud. Los liposolubles (propranolol, oxprenolol y metoprolol) tienen una vida media más corta, su metabolismo depende del flujo sanguíneo hepático y penetran en el SNC. Los hidrosolubles (atenolol, bisoprolol, carteolol, celiprolol, nadolol) tienen una vida media más larga y su eliminación es renal. Como ventajas del tratamiento con bloqueadores beta cabe citar que no producen hipotensión postural ni tras el ejercicio y tienen un efecto cardioprotector en pacientes con un riesgo especial de coronariopatía isquémica, a los que no se les debe suprimir bruscamente el bloqueador beta. Además, disminuyen la recurrencia del infarto de miocardio y la mortalidad súbita postinfarto. Son especialmente útiles en hipertensiones resistentes, asociados a vasodilatadores y diuréticos.
El labetalol es un fármaco con actividad bloqueadora de los receptores alfa y beta. Es útil en el tratamiento de la hipertensión esencial y está especialmente indicado en la hipertensión inducida por el embarazo y en pacientes de raza negra. Puede producir hipotensión postural y está contraindicado ante el asma bronquial, insuficiencia cardíaca y junto con fármacos IMAO. Administrado por vía intravenosa resulta útil en hipertensiones graves, y no producen taquicardia.
De la misma familia también disponemos del carredilol.