ANGINA DE PECHO
Este término, que se debe a WILLIAM HEBERDEN, designa un tipo de dolor que obedece a una circulación coronaria insuficiente pero transitoria y reversible. Dicho autor describió claramente, en 1768, las características del angor, que pueden resumirse en las siguientes: el dolor se localiza en la región retrosternal y puede irradiar, sobre todo, hacia el brazo izquierdo; su cualidad es opresiva o constrictiva, el paciente la expresa gráficamente llevando su puño cerrado sobre el esternón (también es frecuente una sensación urente); su duración es relativamente corta (1-10 min) y, por último, se desencadena con el esfuerzo (al subir una cuesta, etc.), obligando al paciente –por lo común afecto de aterosclerosis coronaria– a detenerse, hasta que el dolor desaparece. En casos dudosos, la prueba de esfuerzo, con el objetivo de provocar el dolor y los cambios eletrocardiográficos de isquemia miocárdica, puede ser de ayuda diagnóstica.
La angina puede también manifestarse en reposo (angina inestable) como resultado de la rotura de placas y pequeñas trombosis intracoronarias o, quizá, desencadenada por espasmo coronario. Por otra parte, la angina nocturna que ocurre durante las primeras horas del sueño parece obedecer a situaciones de insuficiencia cardíaca izquierda, más o menos latentes, que se agravan con el decúbito. El dolor anginoso se produce además cuando las demandas de oxígeno del corazón están aumentadas por diversos motivos, como emociones, estenosis aórtica cerrada con hipertrofia ventricular, anemias, taquicardias, etc., situaciones algunas de ellas en las que, además del aumento del consumo de oxígeno, existe un factor de hipoxemia (anemias) o de insuficiente perfusión por hipotensión o por diástoles cortas con disminución del flujo coronario (taquicardias, etc.). En todas estas circunstancias, sin embargo, el angor sólo suele presentarse cuando existe cierto grado de aterosclerosis coronaria.