PREVENCIÓN DE SALMONELLA
Si se tiene en cuenta que la intoxicación por el bacilo de la salmonella se produce, en la mayoría de los casos por vía alimentaria, tan sólo hay que prestar atención a los posibles alimentos proclives al contagio. Las aves de corral, seguidas de los cerdos, ovejas y vacas, son los animales afectados, que pueden llegar a provocar infecciones cruzadas de los alimentos a no ser que se manipulen con gran higiene en todas las fases de su preparación, que van desde la matanza hasta la congelación. Si la carne de pollo se contamina con el contenido de los intestinos durante el proceso de preparación del pollo para la congelación, posteriormente, la salmonella puede multiplicarse durante su descongelación. Los huevos, asimismo, plantean un alto riesgo, sobre todo si éstos se consumen frescos en la elaboración de salsas como la mayonesa. La salmonella morirá si la carne se cuece adecuadamente, aunque, a veces, esta medida no es suficiente, ya que una carne cocinada representa un sitio ideal para el crecimiento del microorganismo.