REUMATISMO
Se conoce como reumatismo al conjunto de molestias que, por lo general, tienen su origen en el aparato locomotor. Normalmente la gente habla de reumatismo para referirse a molestias, esto es, síntomas, muy diferentes, con localizaciones y características también muy distintas y, lo que es más importante, producidas por muchas y muy diversas enfermedades.
Algunas enfermedades reumáticas afectan de manera generalizada a muchas estructuras. Por ejemplo, pueden inflamar simultáneamente muchas articulaciones, tendones o incluso otros órganos, como el corazón o el riñón, aunque esto último es poco frecuente y solo ocurre en determinadas enfermedades. Un diagnóstico tardío o un tratamiento inadecuado de estas afecciones suele tener serias consecuencias para quien las padece.
Afortunadamente, el origen de los síntomas reumáticos se debe con mayor frecuencia a una afectación de una estructura localizada, como ocurre en los casos de tendinitis, artrosis o dolor en la rodilla, cuyo diagnóstico preciso es esencial para realizar el mejor tratamiento posible.
Un amplio grupo de enfermedades reumáticas se caracteriza por producir inflamación, sobre todo en las articulaciones. Algunas de ellas son de naturaleza autoinmune -se producen por el mal funcionamiento del sistema de defensa-, como es el caso de la artritis reumatoide, el lupus eritematoso diseminado o la polimiositis. La inflamación puede ser también de causa infecciosa, como ocurre en la tuberculosis articular o la infección articular, o debida al depósito de cristales orgánicos, como en la gota, que se produce por el depósito de cristales de una sal de ácido úrico -el urato monosódico- en el interior de las articulaciones. En otras enfermedades, como las espondiloartropatías, que causan la mayor parte de las artritis inflamatorias en las personas jóvenes, el origen de la inflamación no está del todo claro.