LA FECUNDACIÓN
La función biológica del sexo humano es la reproducción, que asegura la continuidad de la existencia y el desarrollo de la especie.
La reproducción es un proceso complejo y fascinante en el que un espermatozoide masculino fertiliza un óvulo femenino, trasformándose ese huevo fertilizado en un embrión.
El periodo de ovulación, es el periodo fértil de una mujer, si durante estos días (4 aproximadamente) realiza el coito con un hombre también fértil es posible que se produzca la fusión de un óvulo con un espermatozoide.
La inseminación, procedimiento mediante el cual el semen se deposita de manera natural en la vagina se compone de tres actos reflejos: erección, emisión y eyaculación. Todos los actos reflejos y mecanismos implicados se interrelacionan, pero no es el cerebro el que controla este proceso, sino la medula espinal. El pene a de estar erecto para penetrar en la vagina y el factor esencial en la erección es la dilatación de las arterias que conducen la sangre al pene. Debido a la excitación sexual, el liquido seminal (que contiene los espermatozoides) es bombeado desde las ampollas y las vesículas seminales hasta la uretra, en un proceso llamado emisión. La eyaculación es la expulsión del semen fuera de la uretra. La inseminación también se puede llevar a cabo de una manera artificial ante la existencia de algunos problemas fisiológicos del hombre o de la mujer.
Después del coito los espermatozoides nadan a través del cuello del útero hacia las trompas de Falopio. Una vez en la trompa, rodean al óvulo e intentan penetrarlo hasta que uno lo logra. La unión de un óvulo con un espermatozoide crea un cigoto, y se conoce como proceso de fertilización.
La fertilización prosigue y el cigoto comienza su división celular para convertirse en un blastocito que baja por la trompa de Falopio hasta el útero, en cuya pared se implanta. La implantación del huevo en una rica mucosa que permite su nutrición y desarrollo, es un fenómeno importantísimo, ya que determina la vocación especial de la madre y le da su significación y dimensiones.
Los intercambios constantes entre madre e hijo tienen lugar mediante un órgano especial, la placenta, una especie de esponja sanguínea a través de la cual la sangre materna aporta al feto las sustancias nutritivas y el oxígeno, recogiendo los productos de eliminación rechazados por el feto.
Un embarazo viene a durar 40 semanas, durante las cuales el feto se va desarrollando hasta alcanzar la madurez orgánica que le permite salir al mundo exterior a través del parto.
En el momento de la ovulación, un cambio en la información que el cerebro y la hipófisis envían al ovario puede provocar que éste libere más de un óvulo, lo que da lugar a la concepción de mellizos o trillizos (no idénticos), cada uno con su propia placenta. Esta peculiaridad es con frecuencia hereditaria. Sin embargo, si un sólo óvulo fertilizado se divide en dos partes iguales, resultan gemelos idénticos que comparten las misma placenta.