GOLPES Y CONTUSIONES
Los golpes, contusiones o presiones pueden causar trastornos de diversos tipos en los huesos. Si el hueso se rompe, en mayor o menor medida, la lesión producida será una fractura, puede ocurrir a cualquier edad pero están más generalizadas en la niñez, los niños son más propensos a los accidentes, y en la vejez, ya que los tejidos óseo están debilitados. Ciertas deficiencias nutritivas y enfermedades óseas pueden debilitar los huesos y hacerlos más propensos a las fracturas. Los huesos más afectados comúnmente son los huesos largos como la tibia y el peroné, el fémur, el cúbito o el radio, el húmero...La fractura puede ser simple o cerrada si el hueso roto permanece bajo la piel, o abierta o compuesta si se produce desgarro y el hueso roto se proyecta fuera de la piel. Dependiendo de la gravedad de la fractura el tratamiento será distinto, ya que en algunos casos, sobre todo si ha habido desplazamiento de huesos, puede ser necesaria una intervención quirúrgica con colocación de clavos y hierros que pueden ser permanentes o temporales; otras veces solo es necesario escayolar la zona afectada, para mantenerla inmóvil y esperar a que el hueso suelde (los huesos de los niños sueldan mejor y más rápidamente).
La columna cervical, la zona superior de la columna vertebral próxima al cuello, es uno de los sistemas articulares más complicados del cuerpo humano, está formado por siete pequeñas vértebras con sus diferentes articulaciones, ligamentos, cápsulas, tendones y músculos. Los golpes y movimientos bruscos pueden causar un desplazamiento de las vértebras, esto es muy doloroso y peligroso a la vez ya que si se viera afectada la médula espinal se podría producir paraplejía, si el desplazamiento no es muy acentuado se producirá un fuerte dolor de cuello y será necesario llevar collarín durante algún tiempo.