CÁLCULOS RENALES
Además de las enfermedades provocadas por distintos agentes infecciosos, que pueden llegar a través de la sangre o de las vías urinarias, son frecuentes los cálculos renales: depósitos cristalinos de ciertas sustancias, que pueden ser ácido úrico, fosfato cálcico, etc..., que normalmente se excretan disueltas. Su expulsión por los uréteres es muy dolorosa, pudiendo llegar a obstruirlos, cuando sucede decimos que hemos sufrido un cólico nefrítico. El tratamiento consiste en medicamentos que ayuden a eliminar el cálculo, aunque actualmente en algunos casos se aplican ultrasonidos.
Es importante que las personas propensas a formar cálculos en el riñón lleven la dieta recomendada por el médico, en la cual se evitarán las sustancias causantes de dichos cálculos, y beban mucha agua.
Si los cálculos son de calcio, el padecimiento se denomina hipercalciuria idiopática, al parecer es hereditario y su diagnóstico es muy claro.
Los cálculos de ácido úrico se forman porque la orina se satura con ácido úrico no disociado. El tratamiento consiste en incrementar el Ph urinario y disminuir la excreción de ácido úrico cuando esta se encuentre elevada, por ejemplo, por encima de 1000 mg por día.
En los padecimientos por cálculos de cistina, la enfermedad clínica se debe únicamente a la indisolubilidad de la cistina, que forma cálculos, se denomina cistinuria y es una enfermedad hereditaria. El tratamiento consiste en ingerir grandes cantidades de líquido incluso por la noche, ya que el volumen urinario diario debe ser mayor de tres litros. Incrementar el Ph de la orina con un álcali, puede ser útil siempre y cuando exceda de 7.5.