MINERALES
El calcio es necesario en la vejez en igual grado que en las demás edades. Insuficiente y en presencia de algún desorden endocrino puede dar lugar a osteoporosis y a una descalcificación ósea, con el consiguiente riesgo de fractura. La disminución de la acidez gástrica y las insuficiencias hepática y pancreática dificultan la absorción del calcio. Asimismo, tanto una función renal deficiente como el abandono del ejercicio físico pueden aumentar la calcinuria.
La osteoporosis se manifiesta en personas de edad avanzada en todos los países del mundo, y más particularmente en aquellos donde el consumo de alimentos ricos en calcio es relativamente elevado. No se ha logrado determinar con exactitud a que se debe esta disminución en la absorción o utilización de dicho metal. Se supone, no obstante, que la presencia de trazas de flúor en el agua potable puede mejorar la absorción y fijación del calcio por el organismo, y por consiguiente, reducir el riesgo de osteoporosis.
En el estado actual de los conocimientos sobre la materia se aconseja incorporar a la dieta de las personas mayores mucha leche y productos lácteos susceptibles, por ejemplo, de intervenir en la preparación de sopas, salsas, postres y refrescos. Es aconsejable el empleo de leche en polvo descremada, fuente económica por antonomasia de calcio y de proteínas de buena calidad. La necesidad de calcio de los ancianos ha sido estimada en 0,8 g por día. La de los demás minerales es igual que en la edad adulta.