CONSERVACIÓN CASERA
Para conservar nosotros mismos los alimentos se pueden utilizar diversos métodos.
Azúcar: la fruta se conserva en azúcar. La proporción de azúcar debe ser al menos del 50% para impedir el desarrollo bacteriano. Algunas levaduras pueden desarrollarse a pesar de tan alta concentración de azúcar, por lo que se aconseja complementar el tratamiento con una esterilización.
Ácido: las verduras se conservan en ambientes ácidos, por ejemplo en vinagre, que previenen el crecimiento microbiano. La concentración de vinagre no debe ser superior al 2% para no alterar el sabor de los alimentos. En ocasiones esto no es suficiente y hay que combinar este método con otro procedimiento de conservación (azúcar, sal o esterilización).
Salazón: la carne, la verdura y el pescado se conservan en sal, que impide el desarrollo de gérmenes. Para preservar el sabor de los alimentos no hay que superar el 2% de sal, aunque la acción conservante sólo está asegurada a partir del 8%. De ahí la necesidad de dejar secar posteriormente los alimentos salados.
Salmuera: la salmuera contiene, además de sal, un 0,4% de nitritos que refuerzan la acción conservante de la sal. Pero si se pretende que la duración de la conservación sea más larga, hay que recurrir luego al ahumado.
Ahumado: la carne y el pescado pueden ahumarse, pero es necesario evitar el consumo de las partes ennegrecidas, que contienen hollín y alquitrán, por lo que son cancerígenas.
Semiconservas: existen alimentos que no son auténticas conservas y contienen menos conservantes. Hay que mantenerlos en la nevera y consumirlos en el plazo de unas semanas.