SÍNTOMAS DE LA FIEBRE AMARILLA
La enfermedad tiene una evolución que puede hacerla confundirse con la gripe, sobre todo en sus primeros estadios. Comienza de forma súbita y la persona infectada sufre dolores de cabeza por encima de los ojos, molestias de tipo congestivo, fenómenos dolorosos en las articulaciones y sensación de hinchazón de la cara, así como irritación en los ojos, fotofobia, acompañados estos síntomas o alguno de ellos, de fiebre muy alta, hasta 40° ó 41° C, que se mantiene durante dos o tres días, para descender, posteriormente, al cuarto o quinto día, a 36-37° C. Al cabo de cinco a siete días, el paciente comienza a tener un color amarillo (ictericia) en los ojos y la piel, definitorio de la enfermedad. El proceso final se desencadena con una serie de hemorragias por la boca, el ano y la orina. Científicos estadounidenses, en los manuales de supervivencia, comentan de la fiebre amarilla: "Al inicio todo es congestión; al final todo es hemorragia."