REANIMACIÓN RESPIRATORIA Y CARDIOPULMONAR
Como consecuencia directa o indirecta de un accidente pueden producirse limitaciones progresivas y funcionales de la respiración y la circulación sanguínea capaces de poner en peligro la vida de la víctima.
La aplicación adecuada de los primeros auxilios ha de pasar por el conocimiento exacto de las técnicas básicas de reanimación.
Medidas posturales. Como principio ante una víctima inconsciente, con riesgo de que pueda aspirar materiales extraños hacia las vías respiratorias, debe procederse a su colocación en posición "decúbito lateral" con la cabeza baja "echada de costado y sin almohada") en el mismo lugar del suceso hasta la llegada del auxilio médico oportuno.
La posición de "Trendelemburg", con la pelvis (caderas) en un plano más elevado que la cabeza y con el eje longitudinal del cuerpo en ángulo de 10 ó 15º con la horizontal, está indicada ante un riesgo inminente de shock (pérdida de pulso, palidez, sudoración fría, etc.).
Para lograr mayor efectividad pueden elevarse las extremidades inferiores hasta formar un ángulo recto con el tronco, de forma que se aumenta el riego sanguíneo cerebral al "desaguar" los miembros inferiores y concentrar el flujo en la cabeza y el tronco, incrementando el aporte de oxígeno al cerebro.
La posición en "declive" mantiene la cabeza en un plano superior al que corresponde a la pelvis, a la vez que el cuerpo forma un ángulo de unos 30º con la horizontal. Es bastante adecuada para casos de disnea intensa (dificultad para respirar) producidos por traumatismo torácico (clásico "golpe de volante" en accidentes de automóvil) o fracturas craneales abiertas que no determinen pérdida de conocimiento ni signos premonitorios del shock.
Vulgarmente denominada "boca abajo", la posición decúbito ventral se completa con una almohada bajo el vientre y otra donde se apoya la frente. Se aconseja en determinados traumatismos craneofaciales o en lesiones internas abdominales, bazo e hígado.
Desobstrucción de vías respiratorias. La pérdida del conocimiento frecuente en muchas víctimas de accidentes, cuando se produce en posturas de "decúbito supino" y "dorsal", puede bloquear las vías respiratorias superiores de los pacientes por caída de la lengua, que tapona la entrada de aire a los pulmones.
Otra posibilidad es la obstrucción por causa de sangre, vómitos no expulsados o cuerpos extraños, como prótesis dentarias, restos de caramelos, etc.
La primera medida está dirigida a comprobar cualesquiera de estos supuestos mediante el examen detallado de la cavidad bucal. Para ello se coloca al enfermo sobre una superficie rígida, procediendo a la hiperextensión de la cabeza a nivel de la nuca, mediante la antepulsión del maxilar inferior que se sujeta con la mano derecha y posterior compresión del maxilar superior, al tiempo que la mano izquierda se apoya en el límite de la frente con el cuero cabelludo para fijar sólidamente el cráneo hiperextendido.
Fijada la posición de la cabeza, se coloca recta la faringe, de forma que se pueda inspeccionar perfectamente la cavidad bucal y la parte superior de las vías respiratorias, procediendo, si fuese preciso, a la extracción manual de los eventuales cuerpos extraños y dejando expedita la circulación del aire oxigenado hacia los pulmones.