NORMAS BÁSICAS RESPECTO AL CONSUMO DE BEBIDAS Y ALIMENTOS
Complemento fundamental de nuestro particular decálogo preventivo respecto a las normas básicas que deben presidir un viaje seguro y sin problemas de salud, son los cuidados respecto a las bebidas y alimentos que se tomen, especialmente en áreas poco "civilizadas" y con escasos controles sanitarios.
La mejor bebida para el organismo, absolutamente necesaria para la vida, es el agua, pero sin olvidar que cumpla los requisitos de potabilidad más estrictos.
Es muy corriente la creencia popular de la adición de ciertas cantidades de licores alcohólicos en el agua para su "desinfección", y nada más alejado de la realidad, pues este procedimiento no elimina los posibles contaminantes biológicos que pueden ser transmitidos por el agua.
Unicamente la ebullición, Ia filtración y la depuración química pueden garantizar la potabilidad "biológica" de las aguas de consumo (para bebida, limpieza de alimentos o cocinado de los mismos).
Los alimentos consumidos serán escrupulosamente seleccionados, siempre que esté en nuestra mano y no nos encontremos en situaciones límite "de supervivencia", en las cuales la primera preocupación es salvar la vida y como meta secundaria ha de situarse conservar una inmejorable salud orgánica y fisiológica.
El origen de las verduras procedentes de huertos regados con aguas fecales y manejadas por personas con las manos sucias o almacenadas en condiciones "poco ortodoxas", hará imprescindible el tratamiento por hervido de las mismas, o en el mejor de los casos, la inmersión en agua con unas gotas de lejía comercial y el lavado cuidadoso de las mismas. Las frutas deben ser peladas, previo lavado, con utensilios limpios y con las manos, asimismo, exentas de suciedad.