NO PERDER LA CALMA
Tras un infortunado lance que deja un anzuelo clavado en cualquier parte del cuerpo de una persona, lo más importante es no perder la tranquilidad y soportar lo más impávidamente posible el dolor correspondiente, de forma que no se frote la parte lesionada o se intente tirar del arponcillo introducido el la carne. Estas operaciones pueden, en numerosas ocasiones, originar desgarros y heridas internas mucho más importantes que la propia del objeto afilado e introducido bajo la piel.
En primer lugar hay que determinar la zona de la lesión. Varía sustancialmente el tejido del dedo de la región de la palma de la mano cruzada interiormente por nervios o tendones importantes, y estas partes, a su vez, de la zona torácica o abdominal, menos frecuentemente interesadas en este tipo de accidentes, pero indudablemente expuestas a los mismos.
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