MEDICAMENTOS DE USO MAS COMÚN Y CAUSA DE INTOXICACIÓN
a) Antibióticos
El gran avance de la lucha contra las infecciones lo ha motivado el uso de los antibióticos, pero se trata de una de las clases de medicamentos más sujeta a un uso inútil e incluso lesivo en algunas circunstancias.
La utilización de estas sustancias en caso de enfermedades producidas por virus (alteraciones de las vías respiratorias superiores, catarros, gripes, etc. ) debe evitarse o restringirse, como norma general, cuando los pacientes sean niños.
Se conoce el hecho de muchos antibióticos que hoy son ineficaces para enfermedades bacterianas simples, debido al abuso y uso incorrecto de ellos, lo cual ha hecho que se creen cepas resistentes a estos antibióticos. Su empleo está indicado siempre que la enfermedad a tratar, su causa, sea de origen bacteriano y no viriásico; entre las bacterianas tenemos:
Faringoamigdalitis, en la que la toma o aplicación inyectable de una penicilina retardada justifica el tratamiento.
Las infecciones de oído medio, otitis aguda, se benefician con las amoxicilinas.
La sinusitis, tanto agudas o subcrónicas, responden muy bien al tratamiento con amoxicilina y eritromicina, pues su germen productor es generalmente un neumococo.
En las bronquitis crónicas normalmente su agente casual suele ser un neumococo, siendo combatido perfectamente este germen con la aplicación de penicilinas retardadas y amoxicilina.
Dentro de este grupo de antibióticos, los más conocidos son las penicilinas y sus derivados, son conocidos como bactericidas (que matar al germen bacteria, productor de la enfermedad) y son los antibióticos que menos efectos perjudiciales motivan tras su administración prolongada.
También son los antibióticos con menos incidencia de efectos indeseables. Son los que menos índice de anafilaxia (alergias generalizadas) producen. Asimismo su administración oral hace que a ser la absorción muy incompleta (de un 33 a 50 por 100) no puedan normalmente dar casos de intoxicación o alergia.
Este tipo de antibióticos, sencillos, cubre un amplio margen de enfermedades y su utilización normal, según el criterio de cada médico, generalmente no nos puede causar grandes problemas, pero antibióticos de "segunda elección", más tóxicos si se toman de forma indiscriminada y no dosificados por un médico, pueden ocasionar lesiones óticas o renales irreversibles y graves para el enfermo. Este tipo de antibióticos de alta toxicidad no se deben tomar por mujeres en el primer semestre de gestación, porque pueden ocasionar la sordera del recién nacido. No deben tomarlo los ancianos por su alteración de riñón, etc.
b) Antivíricos
Los virus son parásitos intracelulares obligados que necesitan la participación activa de la célula parasitada para su crecimiento y desarrollo, lo cual hace que sea muy difícil disponer de medicamentos que, actuando sobre el virus, no alteren el normal fisiologismo celular, por lo que los medicamentos, actualmente disponibles en la farmacopea, no proporcionan un tratamiento óptimo para la lucha contra las enfermedades por ellos desencadenadas. Ejemplo de ellas son la gripe y el resfriado común, que al ser producidas por virus, hacen que todavía no se disponga de medicamentos para su tratamiento efectivo por las razones antes aludidas.
La característica "mutante" de los virus promotores del catarro común, que varían de año en año, hace que para esta enfermedad, verdadero azote otoñal e invernal, no se haya encontrado una vacuna verdaderamente eficaz, aun a pesar de los esfuerzos realizados por organizaciones y laboratorios de investigación sanitaria.
No ocurre esto mismo con la gripe, para cuya prevención vale la pena administrar la vacuna recomendada cada año por la OMS.
En la prevención de estas enfermedades no todos los grupos sociales están más o menos implicados en su padecimiento. Aun siendo así hay cierto número de personas que deben considerar obligatoria su prevención, pues en ellas padecer una gripe puede ocasionarles serios perjuicios, al ver agravadas sus enfermedades crónicas.
Grupos sociales a los que resulta recomendable la vacunación contra la gripe:
1.º Personas con alteraciones pulmonares o vasculares, sean estos enfermos congénitos o no, que padecen una estenosis mitral, insuficiencia vascular, portadores de prótesis vasculares cardiacas, etc., es decir, todas aquellas personas con enfermedades cardiacas.
2.º Pacientes con enfermedades broncopulmonares obstructivas crónicas, tuberculosos, asmáticos, enfisematosos, etc.
3.º Pacientes con enfermedades crónicas renales, sobre todo los sujetos a diálisis, y en general a todo aquel paciente cuyos riñones no filtren bien.
4.º Pacientes cuyas defensas se encuentren disminuidas por enfermedades metabólicas, sobre todo diabéticos insulinodependientes (que necesitan inyectarse insulina para compensar su insuficiencia pancreática).
5.º Ancianos, personas en la tercera edad, cuyas defensas, y en general su organismo, está en fase de desgaste y con los mínimos de defensas orgánicas, en los cuales cualquier alteración en su normal fisiologismo puede alterar el equilibrio existente.
6.º Todo aquel personal que se encuentre vinculado al tratamiento y seguimiento de estas enfermedades. Personal hospitalario, médicos, enfermeras, ATS, mozos, auxiliares, etc.
Está comprobado que con una administración correcta de la vacuna antigripal resulta protegida, con una efectividad del 70 al 90 por 100, toda persona que reciba la vacuna.
Se sabe igualmente que el uso de los antibióticos en este tipo de enfermedades víricas no sirve prácticamente para nada, por lo cual sólo se deben emplear cuando sean recomendados por el médico, que generalmente los receta cuando surgen o se prevén complicaciones orgánicas.
Está muy divulgado que el uso de vitamina C en estas enfermedades viriásicas es muy efectivo para su prevención e incluso tratamiento, pero realmente no existe base científica suficiente para hacer tal aseveramiento. El tomar frutas con alto contenido en vitamina C no deja de tener su beneficio, pues durante la enfermedad la ingestión de alimentos con pocos residuos facilita la buena evacuación intestinal y evita problemas del aparato digestivo.
En el caso de gripe o resfriado común el tratamiento indicado y más efectivo consiste en aplicar las medidas tradicionales, cuando la intensidad de la enfermedad así lo sugiera; el reposo en cama, la toma de analgésicos, antitérmicos, los vahos de mentol o eucaliptos, el calor seco aplicado al tórax y en general las medidas caseras habituales pueden ser el mejor tratamiento si no hay complicaciones.
c) Antihipertensores
Los estudios epidemiológicos realizados en nuestro medio ambiente han demostrado que más del 20 por 100 de la población con edad superior a los veinticinco años es hipertensa. Podemos deducir por ello que uno de los problemas sanitarios crónicos del adulto es en la actualidad la hipertensión.
Como toda enfermedad crónica, comporta el uso de medicamentos de forma habitual, y esto implica una serie de riegos para el propio paciente e incluso para otras personas inadvertidas.
Una buena educación del enfermo en el conocimiento de la naturaleza y riesgos que comporta su enfermedad son esenciales para no hacer un uso excesivo de los medicamentos.
Por otra parte, y aunque sea preciso insistir en las precauciones básicas que han de presidir las actividades "al aire libre" de las personas hipertensas, parece ineludible recordar los principios de moderación en la comida y la bebida que deben regir complementariamente o no a una medicación necesaria. La naturaleza, el efecto estimulante del sol y del aire pueden propiciar excesos totalmente contraindicados en el caso mencionado.