HIMENÓPTEROS VENENOSOS
Entre los insectos más temidos por su "picadura" venenosa hemos de situar el grupo de los himenópteros, que en realidad constituye un orden zoológico muy amplio incluido en la clase insecta perteneciente al reino animal.
El conjunto de los himenópteros aculeados (Sección Aculeata) se encuadra, junto con la sección Terebrantata dentro del suborden Apocrita. En primer lugar hay que señalar que esta denominación de "aculeados" corresponde a estos insectos provistos de aguijón. El aguijón es una formación transformada del ovipositor de las hembras, sexualmente funcionales, y también de las pertenecientes a castas trabajadoras y, por lo tanto, infértiles. Este estilete o aguijón se acompaña de una o varias glándulas productoras del o los venenos que para su empleo en acciones ofensivas, de caza o defensivas del individuo o del enjambre, comunidad, son inoculados en cada "picadura".
Abejorros, avispas. abejas y hormigas pueden ser considerados como causantes de la mayor parte de accidentes hacia excursionistas, amantes de la vida al aire libre y viajeros, especialmente niños y jóvenes.
El veneno de avispas, abejas y abejorros, diferente para cada especie o grupo de especies, es de naturaleza variable y poco conocida, aunque, al parecer, contiene secreciones de diferentes glándulas, principalmente una ácida y otra alcalina, que pueden ser acompañadas por otras como la accesoria de Koschevnikov y la también adicional de Bordás. Las proporciones variables del líquido resultante, según contenga mayor o menor cantidad de una u otra secreción, originan el veneno con dermolisina, hemorragina, hemolisina y neurotoxinas. En la avispa, género Vespa, se han identificado dentro del veneno producido por sus glándulas: histamina, hidroxitriptamina, hialuronidasa (enzima destructora de los tejidos de sostén intercelulares) y otras toxinas similares a las que componen el veneno de muchas serpientes.
Contrariamente a la creencia popular el "desprendimiento" del aguijón no sucede obligatoriamente en abejas y abejorros, mientras "nunca ocurre" en las avispas. Efectivamente, las avispas dotadas de aguijón liso, con frecuencia perfectamente "engrasado" y mayor de tres milímetros de longitud, pueden "picar" repetidas veces y extraer sin mayores complicaciones el órgano agresor. Las abejas y otros representantes próximos de la familia que tienen aguijón dentado, con los bordes de sierra, según el tejido que perforen y la reacción o contracción muscular del individuo agredido, están expuestos a dejar introducido este órgano acompañado de tejido abdominal y también de parte de las glándulas anejas, muriendo a los pocos minutos, pero esta circunstancia no es obligatoria y una abeja es capaz de extraer su aguijón repetidas veces y causar, por lo tanto, varias picaduras.
Muchos "abejorros" de terrorífico aspecto, como la Xylocopa violácea, están dotados de poderosas mandíbulas y como defensa "muerden" antes de emplear el aguijón, que muy raramente suelen utilizar para su propia supervivencia.
El veneno, más conocido desde tiempos antiguos, empleado por los formícidos, o más comúnmente "las hormigas", es el ácido fórmico, que en muchas especies carentes de aguijón funcional es simplemente expandido o proyectado por el extremo del abdomen, pero además del tradicionalmente conocido ácido fórmico, ciertas especies capaces de causar dolorosas picaduras a los seres humanos tienen complejas sustancias, mal conocidas, entre las que podemos citar la "iridomirmecina", letal por simple contacto para otros insectos.
