HERIDAS PRODUCIDAS POR PERROS Y GATOS
Existen dos clases generales de lesiones que tanto los cánidos como los félidos, ambos considerados dentro del gran grupo de animales carniceros, pueden producir al hombre: mordeduras y rasguños.
Los arañazos, casi siempre debidos a los gatos, pueden dar lugar a infecciones que, en muchos casos, provocan lesiones de tendones y huesos, casi siempre largas y molestas de curar.
Las mordeduras ligeras de los perros suelen producir laceraciones y desgarros que, aparte de poder transmitir rabia o tétanos, no suelen considerarse "heridas sépticas" (infectivas). Las víctimas de este tipo de heridas se quejan, en su mayor parte, del dolor "mecánico" de la mordedura, pero no de la inflamación consecuente a infección secundaria. En la boca de los perros (consideradas "limpias") no suelen encontrarse estafilococos ni estreptococos que pueden producir infecciones graves.
Las infecciones menos graves, por mordeduras y laceraciones de estos animales, son debidas en gran parte a la "Pasteurella multocida". Es muy difícil, a pesar de todo, conocer la incidencia que esta infección tiene en las heridas, porque en unos casos, los más, las mordeduras y arañazos no se informan al médico y otras veces porque, salvo casos extremos, no se hace análisis de la secreción infectiva por no existir ningún peligro ante la infección de esta bacteria.
Por regla general alrededor del 50 por 100 de los arañazos causados por los gatos no se infectarán si aplicamos a la herida una pomada antibiótica del tipo penicilina o tetraciclina, previo lavado y desinfectado de la lesión.
En las mordeduras que requieren sutura ocurre prácticamente lo mismo. Son raras las complicaciones secundarias, siempre que se mantenga un ambiente "antibiótico" local.
Las agresiones ocasionadas por los gatos pueden ocasionar con cierta frecuencia infecciones de los tendones (tenosivitis) o de los huesos (osteomielitis), ya que los dientes de los felinos son más largos y estrechos, comparativamente a su volumen total, pudiendo llegar con mayor facilidad a interesar regiones más profundas y cercanas a tendones o huesos. En cuanto a gérmenes los arañazos son tan peligrosos como los mordiscos, pues los gatos, por lamerse reiteradamente las patas, tienen la probabilidad de "almacenar" bacilos propios de la boca.
En los perros el mayor peligro es la propia lesión mecánica por el traumatismo que provoca. En la heridas con desgarro y que precisan sutura es necesario proceder a un previo lavado que elimine la posibilidad de acción de los microorganismos patógenos. En ambientes pobres en oxígeno puede desarrollarse la "Pasteurella multocida", como ocurre en heridas profundas, angostas, de escaso calibre y no rectas. Sin embargo, el tratamiento antibiótico realizado desde un principio aleja cualquier complicación debida a estas infecciones.
