FIEBRE AMARILLA
Enfermedad infecciosa muy difundida en determinadas áreas del globo terrestre, que provoca un cuadro muy agudo y es sumamente fácil de propagarse y contagiarse. La causa se atribuye a un virus de tipo filtrable que puede infectar la sangre de personas afectadas, pero también de monos y otros animales salvajes.
Se transmite, normalmente, mediante la picadura de mosquitos, entre los que la especie Aedes aegypti es una de las más conocidas.
El período de contagio se inicia dos o tres días antes de que el paciente comience a sentir la fiebre y finaliza otros tres o cuatro días de haber comenzado ésta. La enfermedad es mucho más contagiosa en aquellos lugares donde viven multitud de mosquitos vectores del género Aedes, aunque en ciertas obras se denomine al "mosquito de la fiebre amarilla" ("Yellow-fever mosquito"), como Stegomyia fasciata Fabr. Estos dípteros viven entre los 40º de latitud Norte y los 40° de latitud Sur y no soportan temperaturas extremas, ni frías ni cálidas.
El agente transmisor, vector, es un mosquito de la tribu Aedini con metamorfosis complicada que, a lo largo de su ciclo vital, atraviesa por cuatro formas muy distintas externa y fisiológicamente. Los adultos o mosquitos, muy parecidos a otros representantes de la familia de los Culícidos, pueden ser identificados si se observan muy de cerca por su tórax globoso, como con una especie de giba y unas bandas plateadas o amarillo-doradas, surcadas de estrías negras que le dan otro de sus nombres comunes: mosquito tigre ("Tiger mosquito"). De hábitos domésticos, su comportamiento, estudiado por L. O. Howard, reputado científico en entomología médica, ha demostrado una preferencia marcada por la sangre de personas de raza blanca, frente a la de razas de color o mulatas. También parecen elegir jóvenes, individuos vigorosos, de piel fina y buen semblante antes que personas anémicas, de aspecto quebradizo o ancianos. Tras la cópula, las hembras depositan varias veces unos pocos huevos alargados, elipsoidales, de color oscuro, en aguas estancadas o de recipientes construidos por el hombre. El total de huevos depositados por una sola hembra oscila alrededor del centenar. Jarrones, latas abandonadas, recipientes de bebida e incluso pilas de agua bendita de las iglesias que contengan agua, son lugares idóneos para la puesta de los huevos del mosquito de la fiebre amarilla. Las larvas nacidas de estos huevos, generalmente en cuarenta y ocho horas, son muy similares a las de otros mosquitos y tardan entre nueve y diez días en transformarse en pupas.
Las pupas móviles, también acuáticas, suelen permanecer en contacto con la superficie libre entre el líquido y el aire, pero son capaces de sumergirse y "nadar" con movimientos del extremo del abdomen en desplazamientos espasmódicos. En condiciones óptimas de temperatura y humedad relativas, el período ninfal, pupal, sólo dura entre un día y medio o dos días.
El adulto emerge y a las pocas horas puede ya reproducirse y efectuar su siniestro acopio de sangre de animales y del hombre, siendo el vector involuntario del virus de la fiebre amarilla.
La duración del período completo de desarrollo varía entre un mínimo de nueve a once días y medio, hasta once a dieciocho días como valores medios más frecuentes.