FACTORES PERSONALES
Llegado el caso, deben tenerse una serie de conocimientos elementales que contribuyan a solucionar el problema del o los accidentados, o al menos de mantener sus constantes vitales en las mejores condiciones posibles, hasta que llegue el auxilio técnico necesario. La persona con mayor autoridad y experiencia debe asumir el mando en las operaciones de salvamento si no existe ningún médico o auxiliar sanitario titulado entre los testigos del suceso.
La seguridad proporcionada por los conocimientos básicos y la formación adecuada ha de ser transmitida a los testigos, generalmente desconcertados, y a las víctimas del accidente. que tal vez se encuentren conscientes, aunque, en apariencia, parezcan desvanecidas.
A continuación citamos una serie de puntos o consejos que deben presidir la prestación de socorro a otras personas:
1. Actitud serena de la persona que haya asumido la responsabilidad en la dirección del salvamento. En ningún momento, por difícil y comprometido que sea, debe aparentarse pánico.
2. Retirar y apartar a los familiares de las víctimas, haciendo incluso partícipes a los curiosos como "improvisado servicio de orden", que formen un cordón de protección a la distancia conveniente. Estas personas suelen representar un estorbo más que una ayuda.
3. Trazar rápidamente un estado aproximado de la gravedad e importancia de la situación. Con práctica esto se realiza intuitiva e instintivamente mientras se procede al auxilio de los accidentados.
4. Antes, incluso, de auxiliar a las víctimas directamente, ha de evaluarse el virtual peligro que pudiera producirse a su alrededor, tratando en su caso de eliminarlo.
5. Valorar sobre todo el peligro de proximidad del accidente. sopesando en décimas de segundo el riesgo que existe en las cercanías para no comprometer la integridad del socorrista ni la de las propias víctimas. Parece absurdo, por ejemplo, intentar socorrer a los ocupantes de un automóvil siniestrado que comienza a arder sin intentar apagar el fuego o alejar, lo antes posible, a los viajeros heridos de la zona probable de la subsiguiente explosión del combustible.
6. Parece vital intentar conseguir socorro, avisar a los servicios de urgencia, o llamar la atención antes de intentar ayudar a las posibles víctimas, o bien encargar de esa tarea a otro testigo de la tragedia.
7. La decisión del orden de prioridades para proceder al tratamiento "in situ" o propiciar el inmediato traslado del paciente hasta un centro médico es algo que sólo proporciona el conocimiento sólido y la formación adecuada. Por eso, en el caso de accidentes de trafico por países con buen nivel de servicios de policía de carreteras, los profanos que deseen, con su mejor voluntad, ayudar a los accidentados, deben avisar a las autoridades y sin mover a los heridos, taparlos, en su caso, con mantas o ropas de abrigo, con la única excepción, antes señalada, del peligro de incendio, en la cual habrá que trasladar a las personas afectadas con el menor movimiento y brusquedad posibles hasta un lugar seguro donde se tienden y abrigan hasta la llegada de los sanitarios.
