EXÁMENES MÉDICOS Y ACTIVIDADES AL AIRE LIBRE
La aplicación de las normas "preventivas" dependerá de diversos factores, coma el trabajo a desarrollar la calidad y cantidad de ejercicio previsible, la naturaleza de las condiciones ambientales, la edad de los colectivos, etcétera.
Hoy en día ha calado en el ciudadano normal, en el "hombre de la calle", Ia opinión de que la vida sana conlleva el hábito de ejercicio y en muchos casos, sin las debidas precauciones ni las visitas a la consulta del médico, multitudes entusiastas se lanzan a la práctica excesiva y plena de ciertos ejercicios o deportes "de moda". Un ligero acto de reflexión nos permite conocer los riesgos que para un organismo sano, pero sedentario, cuyo índice de "trabajo físico" integral es relativamente reducido durante cinco o seis días a la semana, pueden provocar los intensos esfuerzos deportivos ejecutados el día de descanso laboral.
Desde luego el deporte, el ejercicio racional y progresivo realizado sobre todo al aire libre, ejerce un efecto beneficioso sobre el cuerpo y la mente, contribuyendo a paliar los efectos negativos de la vida sedentaria. Los consejos de la sociedad actual promoviendo el bienestar social y la salud, nos motivan a la realización de un ocio activo que puede contribuir a mejorar nuestra figura, nuestra "forma física" y, por supuesto, nuestra salud, pero todo ello exige unas garantías médicas que, por pereza o dejadez, no solemos recabar.
Por otra parte, en el mejor de los casos, y supuesto un estado sanitario previo óptimo, la mayoría de los entusiastas que deciden practicar este tipo de ejercicio acaban desilusionados, con agujetas y hastiados por la obligación cotidiana que supone un evidente esfuerzo de la voluntad.
Sin embargo, lo realmente importante estriba en el peligro que entraña el desconocimiento del esfuerzo, de las posibles lesiones internas y externas que pueden sobrevenir en la realización de prácticas inadecuadas o excesivas para las personas no habituadas a este tipo de actividades.