¿EN QUE CONSISTEN LAS VACUNAS?
En esencia, una vacuna consiste en la introducción en el organismo considerado de los gérmenes atenuados productores de la enfermedad con el fin de conseguir una respuesta de defensa activa, inmunidad, y por lo tanto, una protección contra la propia enfermedad.
Desde los comienzos de estos estudios a la actualidad la medicina preventiva en el campo de las vacunas ha ganado muchas batallas y resultado particularmente útil a los viajeros, excursionistas y niños.
Pasteur puso a punto la técnica de la vacunación contra el carbunco del ganado ovino con gérmenes vivos pero atenuados y posteriormente obtuvo la vacuna anticarbuncosa para proteger a las reses ovinas y bovinas de esta enfermedad. También descubrió tan insigne científico la vacuna contra la rabia, hoy en día modificada y mejorada.
La bacteriología, estudio de gérmenes de tamaño reducido y muchas veces patógenos, desde sus comienzos ha ido ganando puestos en la prevención de enfermedades, y así podemos hablar de pasos gigantescos en los logros médicos de finales del siglo pasado y durante los tiempos actuales.
Blanc, con su vacuna contra el tifus exantemático, obtenida de la Rickettsia musseri, proporcionó un gran avance en la prevención de este auténtico azote que asoló a todos los países europeos durante los últimos años del siglo XIX.
La aplicación de vacunas y con ello la erradicación de enfermedades altamente morbosas y mortales, realiza otro importante descubrimiento en nuestro siglo: la vacuna Sabin, y anteriormente, la Salk. Tanto una como otra son utilizadas para la prevención y profilaxis de la poliomielitis. La primera lograda fue la Salk, pero, según parece, la Sabin confiere una inmunidad más duradera, por lo cual es la más empleada en la actualidad.
Los mayores progresos se han realizado en el campo de las enfermedades infecciosas gracias al desarrollo de los procedimientos de vacunación, pues así la persona vacunada puede adquirir "defensas" contra la enfermedad tal y como si la hubiera padecido anteriormente.
Hasta el año 1955 en Europa sólo existían algunas vacunas disponibles: antidiftérica, antitetánica, antituberculosas TAB y BGC, antivariólica y antitosferínica. El descubrimiento del microscopio electrónico, así como el progreso en el conocimiento y cultivo de los virus, ha dado un nuevo impulso en la obtención de vacunas: antipolio, antigripal, contra sarampión, antirrábica mejorada, antirubéola, antiparotiditis (contra paperas), antihepatitis B, y muy en breve aparecerán vacunas contra el herpes, la varicela, hepatitis A, caries dentarias, antigonocócicas, antisífilis, etc.