EFECTOS DE LA PRESIÓN SOBRE LOS PULMONES
El aire contenido en los sacos pulmonares cuando se está inmerso a determinada profundidad se encuentra a cierta presión. Durante el ascenso posterior, se dilata progresivamente, mientras desciende la presión, buscando salida a través de las vías aéreas, bronquios, tráquea, boca y nariz, que deben estar dispuestas para facilitar su expulsión, ya que de no realizarse ésta puede salir rompiendo los alvéolos pulmonares, atravesando la pleura (túnica que envuelve los pulmones) o invadiendo los capilares pulmonares y originando una "embolia".
La sintomatología de estos accidentes se corresponde con dolores agudos en el pecho y expectoración acompañada de esputos sanguinolentos. El tratamiento ha de ser eminentemente preventivo mediante la suspensión inmediata del ejercicio, la visita a un centro asistencial y la prohibición total de esta actividad a los pacientes de asma, enfisema pulmonar, bronquitis crónicas o con antecedentes de neumotórax espontáneo (rotura de la pleura).
Los principiantes deben aprender desde el primer momento a conservar la calma e iniciar la ascensión con la boca abierta, expulsando aire por ella, para disminuir la presión pulmonar de forma gradual.