CUIDADO DE LOS OJOS
La luz brillante, casi hiriente, que preside los días cálidos de los desiertos ecuatoriales, tropicales o subtropicales, y muchas zonas del planeta atrayentes para el aventurero o el turista, como las aguas brillantes del mar o las blancas arenas de las playas paradisiacas, puede resultar muy dañina para los ojos del viajero poco habituado. La vista se "fatiga" rápidamente, pudiendo provocar oftalmias en personas con ojos muy sensibles, sobre todo si son de colores claros: azules y verdes.
Como medida preventiva debemos usar gafas con cristales protectores contra las radiaciones solares (gafas de sol, como se denominan vulgarmente). Los mejores cristales ahumados que pueden ser empleados son los de "coloración variable", en función de la intensidad luminosa, "Photogray" o "fotosensibles".
Los usuarios de lentes de contacto ("lentillas") han de saber el límite de temperaturas de la región que visitan, pues el calor y las condiciones de humedad y clima del área explorada tal vez den lugar a síntomas de "rechazo" o intolerancia de esos cristales o lentes blandas correctoras.
Asimismo ha de procurarse tener una esmerada higiene en las manos y evitar frotarnos los ojos con excesiva frecuencia, lo que podría dar lugar a numerosas conjuntivitis.
Como resumen, y respecto a la prevención de molestias oculares, han de llevarse unas gafas cómodas, adecuadas a cada paisaje que visitemos y tener la máxima limpieza posible en las manos y también en los ojos, que pueden "cuidarse" mediante la aplicación diaria de algunas gotas de colirio. En este caso hay que cerciorarse del estado de conservación del fármaco y de su idoneidad para el fin que se persigue.