CONTRAINDICACIONES PARA LA PRÁCTICA DE EJERCICIOS VIOLENTOS O DEPORTES DE ESFUERZO
El padecimiento de alteraciones objetivas en huesos y articulaciones, de enfermedades cardiacas, renales, etcétera, puede impedirnos o desaconsejarnos la práctica de muchos ejercicios violentos y numerosos deportes, pero siempre nos dejará la posibilidad de disfrutar de muchas posibilidades de la vida en contacto con la naturaleza.
Los "soplos" cardiacos, característicos en personas que durante su niñez o juventud tuvieron problemas de amigdalitis complicadas con procesos de endocarditis reumática, o los problemas de circulación coronaria y alteraciones del ritmo cardiaco, así como la presentación de edemas e hinchazón de piernas, síntomas de padecimientos renales, el asma, las enfermedades pulmonares de tipo "enfisema" y las alteraciones metabólicas, limitan el espectro de actividades, pero casi nunca lo restringen totalmente, y desde luego permiten que tras su conocimiento podamos teóricamente tener perfectamente controlada la enfermedad y sus posibles repercusiones en el organismo. Hay que recordar que los esfuerzos irregulares e intensos pueden "descompensar" esas alteraciones orgánicas y metabólicas.