Como cuidarse, Medicina y Salud

CONCLUSIONES Y CONSEJOS PRÁCTICOS CONTRA LA INSOLACIÓN

La aclimatación previa, el entrenamiento progresivo a los ambientes muy diferentes y ejercicios fuertes realizados en los mismos es uno de los pilares fundamentales de cualquier adaptación orgánica y también parece inexcusable como profilaxis de la insolación.
Dietas adecuadas, hídricas y salinas equilibradas aseguran la intendencia precisa frente a las pérdidas previstas en ambientes soleados y calurosos. Todos los deportistas conocen la gran influencia de la alimentación justa en la realización de el entrenamiento físico.
Ha de evitarse la ejecución de labores duras y continuadas durante las horas de mayor insolación y calor.
La pérdida de peso es mejor índice de adaptación al calor y su control nos permite observar la idoneidad de la misma, pero hay que cuidar las disminuciones de peso demasiado "aceleradas". Cuando las pérdidas superan los dos kilogramos indican una deficiencia metabólica importante o bien excesiva "carga" del trabajo del ejercicio para la persona que lo practica. En pocas palabras, el esfuerzo es superior a las fuerzas de la persona.
Después del esfuerzo, la sensación de debilidad, vértigo, tal vez pereza y también calambres musculares ha de imponer la reposición de líquidos y sales.
El descanso en el ejercicio o trabajo ha de realizarse cada treinta o cuarenta minutos cuando el calor ambiental y el sol así lo aconsejen.
Controlar el peso antes y después del ejercicio puede ser fundamental para prevenir las causas de insolación y golpe de calor.
Por último, y muy importante, parece obvio insistir en la propia sensibilidad de individuo, que nunca debe menospreciar los primeros síntomas de molestias pensando que "a él nunca le va a ocurrir una cosa de éstas". Precaución, protección contra el sol directo y el calor e ingestión de líquidos y sales en abundancia son las normas preventivas óptimas que aseguran a los adultos un disfrute completo de las actividades en plena naturaleza.