CIRCUNSTANCIAS A CONSIDERAR ANTE UNA MORDEDURA
Además de las precauciones generales de limpieza y desinfección de las heridas causadas por las fauces un animal debe ser perfectamente prevenida la posibilidad de la inoculación del virus de la rabia y evaluarse una serie de factores antes de iniciar el tratamiento.
1. Los carnívoros, perros, gatos, zorros, lobos, etc., son los más infestantes, pues las mordeduras de roedores son muy raras y está por demostrar la transmisión del virus por estos animales.
2. Un ataque imprevisto y no provocado de un animal doméstico, sobre todo de un perro o de un gato, puede hacerle sospechoso de estar afectado por la rabia.
3. No todas las mordeduras son igualmente peligrosas. Los datos clínicos parecen apuntar que el virus rábico puede progresar por el sistema nervioso a la velocidad de tres o cuatro milímetros por hora, hasta llegar a la médula y centros nerviosos. Debe tenerse en cuenta también la extensión y localización de la herida, que puede ser severa (profunda, múltiple o localizada en cabeza, cara, cuello, mano o dedos) o ligera (arañazos, laceraciones y lesiones únicas en cualquier región corporal, excepto las expresamente citadas en el caso anterior).
4. Los animales reglamentaria y correctamente vacunados contra la rabia, cada año, tienen un escasísimo margen de probabilidades como transmisores del mal.
5. Cuando las estadísticas indican la existencia de rabia en la zona o país en el que se ha sufrido la mordedura el tratamiento antirrábico puede estar plenamente justificado.
