CAUSAS DEL "GOLPE DE CALOR"
Generalmente son varios factores los que pueden influir en el desencadenamiento de la insolación. Las consecuencias, con frecuencia muy graves, del calor estival parecen confluir en personas poco habituadas a la vida al aire libre, gentes "de ciudad" que desconocen la trascendencia de largas e intensas exposiciones al sol o, mejor dicho, a sus radiaciones.
La edad y el estado físico, el tipo de ropa y la actividad desarrollada influyen extraordinariamente en la gravedad de la "insolación", que puede producirse muy rápidamente cuando la víctima sometida a un ambiente en exceso cálido y bastante húmedo, aumentado por la acción de los rayos solares, deja de sudar tras una primera fase de esfuerzo, pues el organismo interrumpe la sudoración para evitar la deshidratación.
Sin esta "válvula refrigerante" el cuerpo se cuece interiormente, casi de manera literal, de forma que en un intervalo de quince minutos, o poco más, la temperatura
corporal normal de unos 36º C puede incrementarse hasta 40° C o más.
La insolación puede presentarse a cualquier edad, aunque sean los niños pequeños quienes con mayor frecuencia y agudeza suelen sufrirla.
Desde los jóvenes "ejecutivos" que cuidan su césped bajo un sol de justicia, hasta la anciana que, bien abrigada en su mantón de lana, dormita tras las cristaleras del salón por las que el sol entra a raudales, sin olvidar los aficionados a la práctica del atletismo que corren al mediodía enfundados en ropa impermeable con el fin de perder peso y eliminar grasa, todos pueden ser candidatos a este accidente provocado en el organismo humano por la acción del calor excesivo.
Hay que recordar que el cuerpo solamente puede soportar determinadas temperaturas antes de "quemarse" en pocos minutos sin más aviso que un fuerte dolor de vientre, debilidad de piernas, mareo súbito, vómitos, náuseas y posterior estado de coma cuando no se actúa a tiempo.
