TRATAMIENTO DE LAS QUEMADURAS
Siempre hay que empezar por enfriar la quemadura. La lesión puede ser más importante si el calor de la quemadura penetra profundamente en el organismo; la aplicación de agua fría ayudará a reducir este efecto. Si se ha afectado un área pequeña como la punta de un dedo o la muñeca, esta puede mantenerse debajo de un grifo abierto. Si el área de la quemadura es mayor, deberá sumergirse en una pila o cubo de agua fría.
Las áreas como cara y pecho que no pueden ponerse bajo el agua, deben cubrirse con un paño grueso empapado en agua fría. Cuando se seque el paño hay que volver a empaparlo con agua fría y aplicarlo de nuevo, y así, hasta que remita el dolor. Esto reduce rápidamente el dolor y la formación de ampollas. Después de haber sido enfriada, no hay que aplicar lociones o pomadas y es necesario evitar que se toque la herida. Se cubrirá la zona con un vendaje aséptico, holgado y almohadillado.
Un remedio casero que da resultado y muchas veces evita la aparición de ampollas, es, una vez enfriada la zona, rociarla con zumo de limón.
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