TIPOS DE HEMORRAGIA
La sangre perdida en una hemorragia puede venir de arterias, venas o capilares y cada tipo de sangrado tiene sus características distintas, importantes para establecer el tratamiento.
Si una arteria ha sido seriamente dañada, emana sangre de color rojo vivo (ya que la sangre que se encuentra en las arterias se encuentra saturada de oxígeno) a borbotones y, generalmente, con gran fuerza. Como el corazón sigue impulsando sangre sin tener en cuenta la pérdida, grandes cantidades de sangre se pierden en breves momentos, de modo que la hemorragia arterial es siempre una emergencia médica y requiere un tratamiento hospitalario.
Las venas son vasos que llevan sangre pobre en oxígeno de los tejidos al corazón. Por esta razón, la sangre de una hemorragia venosa es de un color rojo opaco, oscuro, y emana de las heridas con menos fuerza. Aunque este tipo de hemorragia no es tan grave como la arterial, el sangrado de una vena grande puede ser peligroso porque se pueden succionar burbujas de aire dentro del vaso y ocasionar bloqueo fatal de la circulación.
El sangrado capilar (los pequeños vasos que conectan arterias a venas) es generalmente de color rojo oscuro normal, pero emana muy lentamente como si rezumara de los tejidos.