LOS BOMBEROS
Los bomberos son los socorristas por excelencia. No sólo se les llama en caso de advertir un incendio declarado, sino que se recurre a ellos en las circunstancias más diversas: por ejemplo, si se huele a gas en la escalera, cuando un vecino se ha marchado de vacaciones dejando abierto el grifo del agua, si un gato se niega obstinadamente a bajar de un tejado o árbol, si alguien se ha quedado encerrado en un sitio del cual no hay forma de sacarlo.... No hay duda de que, con sus afortunadas intervenciones, los bomberos disfrutan de gran popularidad y despiertan una simpatía bien merecida.
Ante un incendio, lo fundamental es intentar extinguir el fuego lo antes posible. Pero sólo hay que intentar hacerlo por los propios medios cuando es de pequeñas dimensiones y se tiene la certeza de poder lograrlo. En caso contrario, más importante que esfuerzos inútiles y a la par peligrosos es dar la voz de alarma a los vecinos y avisar a los bomberos de inmediato: cuanto antes se efectúe el aviso, más probabilidades habrá de que los expertos dominen el fuego antes de que se produzcan consecuencias graves.